Yellow ┊ Freenbecky ┊

Capítulo 06

—Entonces... ¿Tu animal favorito son los gatos, pero eres alérgica a ellos? —Freen asintió.

Después de aquel pequeño momento, Freen y Becky se habían vuelto más cercanas para sorpresa de la última, que aunque jamás admitiera, le gustaba la presencia de la pelinegra.

—Si no fuese alérgica a ellos tendría uno de mascota —comentó mientras disfrutaba alegremente de su golosina.

Becky iba a hablar más pero una voz que provenía de la puerta de su salón la interrumpió.

—Freen.

La chica volteó asustada al escuchar su voz, su sonrisa alegre desapareciendo en cuestión de segundos.

—Som Phon, p-pensé que no vendrías — confesó con el miedo reflejado en sus ojos cuando el rubio se acercó a ella.

—Así que aprovechas que no estoy para andar de resbalosa —tomó con rudeza la muñeca de Freen sacándole un quejido.

—M-me estás lastimando.

—Cállate.

—Oye, cálmate, ella no está haciendo nada malo —habló Becky.

Sabía lo que se aproximaba, lo había visto siento de veces en las películas, pero tampoco dejaría que el chico tratara a Freen así.

—Tú no te metas —le dijo con desagrado.

—Me meto porque no me parece bien que la trates así cuando no ha hecho nada para que te enojes —la defendió.

—¿Ya te sedujo para que la andes defendiendo o qué? —Som Phon empujó a Becky haciendo que esta retrocediera dos pasos.

—Som Phon, ya déjala —lo detuvo Freen tomándolo por el brazo—. Vámonos.

Som Phon miró de reojo a Becky, tomó el brazo de Freen con fuerza y los saco de allí dejando sola a Becky.

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—¡Phi, espera! —Becky volteó y miró a Freen—, phi.

—¿Estás bien? ¿El idiota te lastimo de más? —preguntó con un tono preocupado.

Desde aquel suceso en la mañana no habían podido hablar por seguridad de Sarocha y en la hora de salida vio como Som Phon la estaba esperando a fuera del salón.

—Estoy bien, en serio, no tiene por qué preocuparse —intentó tranquilizar a la mayor—. Lamento lo de esta mañana, Som Phon es así con todos, no sabía que iba a venir hoy.

—No tienes que disculparte, Freenky —tomó el brazo de su amiga haciendo que soltara un quejido—. Te dejó un gran moretón —hizo una mueca al ver la piel con un color violeta.

—Estoy bien —repitió, aunque en el fondo sabía que no era cierto.

—Espera —Rebecca abrió su bolso en busca de algo, Freen mirándola curioso—. Aquí está.

Rebecca sacó un botecito, haciendo a Freen fruncir el ceño.

—¿Qué es?

—Es una pomada para los golpes, siempre me golpeo en educación física y mi piel es bastante sensible —explicó extendiendo el botecito hacia ella.

—Oh, gracias, phi —agradeció con un leve color rosa en sus mejillas.

Se quedaron en silencio por unos minutos, sin saber que decir.

—Bueno, tengo que irme, es mejor que Som Phon no nos vea juntas —habló Becky.

—Sí, eh ¿Nos vemos mañana?

—Si, hasta mañana, conejita —se despidió Becky.