Capítulo 04

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Becky salió a la cafetería, había escuchado por sus compañeros que hoy darían gelatina de mandarina en la cafetería y eso no era algo que ella se perdería. Desde que había llegado no se había animado a entrar, no había una razón para hacerlo, al menos hasta ahora.

—Becky, que raro verte por aquí —saludó Nam quién también se encontraba en la fila.

—Escuché que darían gelatina de mandarina.

—Y viniste solo por ella —intuyó Nam, la castaña asintió.

—¿Eres la famosa Becky Armstrong? —preguntó un chico que estaba adelante de ellos.

—Sí, ¿y usted quién es?

—Becky, ella es Faye Malisorn, está en el último año —presentó Nam.

—Sí pareces un gatito —comentó Faye confundiendo a la castaña.

—¿Cómo?

—Es que la gente dice que pareces un gatito, por tus ojos —explicó Nam tomando su almuerzo cuando fue su turno.

Becky hizo lo mismo cuando le tocó a ella mientras aún seguía procesando lo que le acaban de decir.

—¿Quieres sentarte con nosotras? Hay espacio para ti en la mesa —ofreció Nam.

—Oh, no se preocupen, estoy bien sola — se excusó pero Faye no se rindió.

—Almuerza con nosotros por hoy ¿Va? Ya después ves si te caemos bien para que te sigas sentada con nosotras —le dijo mientras le pasaba un brazo por los hombros.

Becky sonrió, la chica le estaba cayendo bien.

Al final aceptó y fue con ambas chicas a su mesa, encontrando una escena bastante divertida en esta.

—¡Te comiste mis galletas! —se quejó un chico que le recordaba a un pequeño conejito.

—¡Me comí una sola! ¡Una! ¿Por qué eres tan tacaño? —se defendió ahora otro con cabello gris.

—Chicas —interrumpió un chico con cabello castaño cuando vio a Becky—. Hay una invitada, compórtense.

—Disculpa Becky, estos tipos no saben comportarse —Faye les dio un golpe en la cabeza a ambos chicos luego de poner su bandeja en la mesa.

—Él se robó mis galletas.

—Cómete tus malditas galletas, atragántate con ellas, tacaño —el chico con cabello gris volteó a ver a Becky —. ¿Becky, cierto? —la castaña asintió—. Me llamo William Patchanon, me puedes decir Billy —se presentó—. El chiquillo tacaño que vez ahí se llama Babe Tanatat, jamás le quites algo de su almuerzo.

—¡Oye! —se quejó el chico.

—Yo soy Love —se presentó la chica de cabellos castaños regalándole un sonrisa rectangular.

Cuando Becky iba hablar notó como todos voltearon hacía las puertas de entrada.

Era el grupo de matones del que Nam le había hablado el primer día, pero su mirada fue directo a una cabellera pelinegra conocida.

Freen estaba en medio de todos aquellos chicos, uno de ellos rodeaba sus hombros con su brazo acercándola más a él, aunque la pelinegra no se miraba muy contenta.

—Ugh, ese tipo me cae cada día más mal —dijo Faye despectivamente, todos en la mesa (excepto Becky que no sabía por qué lo decía) estuvieron de acuerdo.

—¿Hizo algo malo? —preguntó sin entender muy bien a lo que se referían, aunque ya se hacía una idea

—¿Sabes quién es Freen, no? —preguntó Faye.

—Sí, somos amigas, creo —dijo no muy segura.

—¿Captas al que está al lado de ella?

—¿Él que la está aplastando?

—Sí, ese, es el novio de Freen —Becky abrió los ojos con impresión—. Lo sé, difícil de creer.

—Se ve que es un patán —dijo mientras hacía una mueca.

—Lo es —habló Love mientras se metía una mandarina a la boca—. El muy idiota obliga a Freen a estar con él, es así desde hace dos años.

—¿Desde que entró aquí?

—Sí —ahora fue William quien se metió a hablar—. Cuando lo transfirieron quedó flechado por Freen desde el primer momento que la vio —empezó a contar —. Empezó a insistirle que saliera con ella pero Freen muchas veces se negó, hasta que Som Phon la amenazó con que haría que su padre perdiera su trabajo.

—Som Phon también ha hecho que deje de tratar a muchas personas —confesó Nam.

—Incluso a ustedes —adivinó.

—Tuvo que llegar al punto de comprarse otro número y otro celular para poder hablar con nosotros —dijo Faye mientras suspiraba—. Es un sol para lo que vive.

—Ese idiota solo le ha traído desgracia a Freen —Babe hizo una mueca de disgusto al ver al susodicho.

Todos los chicos asintieron mientras Becky miraba a Freen, no se veía como la chica alegre que la molestaba todas las mañanas y que jugaba crucigramas mientras esperaban a que llegara el profesor, esta chica era más retraída, más pequeña... más apagada, no era la Freen que ella conocía.

A Becky no le gustópara nada lo que le sucedía a la pelinegra, pero no dijo nada porque, al fin yal cabo, ella no era nadie allí para poder enfrentarse al tal Som Phon.

Yellow ┊ Freenbecky ┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora