CAPÍTULO 7

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Ethan

-Noah, despierta- dije acariciándole el pelo mientras que abría los ojos lentamente

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-Noah, despierta- dije acariciándole el pelo mientras que abría los ojos lentamente

-¿Dónde estamos?

-En mi penthouse- le dije ayudándole a levantarse

-Tengo que ir a casa además mañana tengo que trabajar- murmuró mirando por la ventana

-No puedo permitirme dejarte sola sabiendo que estás ebria, Noah, y no olvides que trabajas para mi.

Le abrí la puerta y la ayude a levantarse, todavía estaba adormilada  y apenas daba dos pasos sin caerse. La levanté del suelo y caminé con ella hasta el ascensor. Subimos a mi penthouse y la dejé  en el suelo.

-¿Esto es un penthouse o un centro comercial?- dijo arrastrando las palabras

-Estas muy graciosa ebria- le dije para molestarla

Puso los ojos en blanco y caminó por el hall mirando el techo y las paredes.

-Me gusta tu casa- dijo girando hacia mi.

-¿Vives solo?

-Bueno, están conmigo el personal de limpieza pero apenas nos cruzamos así que, sí, prácticamente vivo solo.

Dejé su bolso encima del sofá y me acerqué a la cocina para servirle un vaso de agua.

-Toma, te ayudará con el mareo- dije entregándole el vaso de agua

-Gracias- musitó con la boca pequeña.

-La cabeza me da vueltas, no recuerdo nada de lo que pasó en el club- dijo dejando el vaso en la encimera.

-Noah no deberías beber así.

-Te recuerdo que lo hice contigo, señor Evans. Se acerco a mí intentando intimidarme con la mirada pero se veía muy pequeña en comparación con migo.

-Veo que no aprendes

-Y qué vas a hacer- susurró provocativa al lado de mis labios

-Follarte tan duro que dejarás de verme como un señor- dije con total tranquilidad

Su cara se tiño de color rojo mientras que la vergüenza y el horror se podían apreciar en su cara.

-Necesito ir al baño- musitó de repente con arcadas.

Por ahí- le señalé una puerta al fondo. La seguí al baño y le cogí el pelo mientras vomitaba.

-No me mires, por favor- dijo vomitando.

La ignoré quitándole los mechones de pelo de la cara y sosteniéndola para que no se caiga.

Cuando terminó vi que estaba otra vez inconsciente. Le quité la ropa y la metí en la ducha. No sabía que demonios estaba haciendo, en mi vida pensé que iba a duchar a alguna mujer y ahí me encontraba como un enamorado enjabonando el cuerpo de Noah. El agua fría hizo que abriese los ojos aunque seguía bastante ebria. La cogí en brazos y le pasé una toalla por el cuerpo y otra por el pelo. Noah murmuró algo en sueños, aunque no pude identificar aquello que quería decir.

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