Mejor suerte para la próxima [Traduccion]

Capítulo 12: recuperación

[Traducción de fans para fans]

Izuku está sentado en la cama, jugando con su teléfono. Lo trasladaron a una habitación privada en su segundo día aquí, decidiendo mantenerlo en observación, a pesar de que había insistido en que estaba bien para recuperarse en casa. Habían pronunciado palabras como inflamación, presión intracraneal y anemia aplásica. Le habían dado dos bolsas de sangre, lo que había asustado tanto a su madre que se había quedado dormida sobre él, llorando.

También le habían interrogado exhaustivamente, tanto sobre la peculiaridad que le estaba enfermando como sobre lo ocurrido en la USJ. Les había dicho, por supuesto, que no sabía quién le había contagiado, cómo le habían infectado. La policía, inquieta, y el personal médico, curioso, le explicaron que el quirk que le había afectado sólo dañaba sus células de replicación rápida, como la quimioterapia o la radiación. Ser capaz de infligir eso a otra persona sería devastador, le dijeron. Tuvo suerte de que fuera desapareciendo a medida que se curaba, de que su médula ósea y el revestimiento de su estómago se fueran reparando por sí solos y de que la presión en su cerebro (aún no estaban seguros de por qué ocurría eso -los nervios no son de replicación rápida-, pero había teorías llenas de términos médicos que él no entendía) disminuyera lo bastante rápido como para que no tuvieran que operarle.

Izuku no cree que sea suerte, pero sí que tendrá que tener más cuidado con su peculiaridad. Matarse una o dos veces está bien, pero si se encuentra en una situación peligrosa, necesita morir lo menos posible. ¿Y si hubiera muerto otra vez y su cuerpo no hubiera sobrevivido? ¿Se reiniciaría? ¿O se quedaría abajo después de que su quirk lo matara? No quiere averiguarlo.

El sonido de alguien aclarándose la garganta sobresalta a Izuku, que levanta la vista y parpadea. Aizawa está de pie en la puerta de su habitación, con una camiseta gris y un pantalón de chándal negro. Tiene el ojo derecho cubierto con una gasa blanca, un moratón que sobresale por debajo, y el brazo izquierdo en un cabestrillo, pero no está conectado a nada ni lleva brazalete de hospital. Le han dado el alta, observa Izuku, con una suave oleada de alivio en el pecho.

"Midoriya", dice Aizawa, mirando a su alrededor. "¿Está aquí tu madre?"

Izuku niega con la cabeza. "La hice ir a casa a descansar", responde, cerrando el teléfono y dejándolo sobre la mesa junto a su cama. Aizawa asiente, entra en la habitación y se sienta en la silla que hay junto a la cama. Lleva el pelo recogido, algo que Izuku no había visto antes y que, por alguna razón, le hace parecer más joven.

"Tenemos que hablar", dice Aizawa, inclinándose hacia delante y apoyando el brazo que no está herido en la rodilla. "Supongo que ya sabes por qué". Izuku lo sabe. Lo ha estado temiendo, esperando que no ocurriera.

Izuku traga saliva. " T-Tú vas a expulsarme", dice, y los ojos de Aizawa se abren de par en par durante un segundo antes de suspirar, alzando la mano para masajearse la sien.

"No, no voy a expulsarte", dice, con voz grave y áspera. "Iba a preguntarte por lo que le dijiste a Shigaraki".

Izuku parpadea. "Oh", susurra, observando el rostro de Aizawa. Parece cansado, claro, pero hay algo amargo y preocupado en sus rasgos. Su barba incipiente es más larga de lo normal, e Izuku apuesta a que no puede afeitarse con las vendas en la cara.

"Sí", dice Aizawa. "Iba a preguntarte si hablabas en serio, pero si pensabas que iba a expulsarte, tengo la sensación de que la respuesta es sí". Se encuentra con la mirada de Izuku con su único ojo disponible.

"Yo..." Izuku se revuelve las manos y aparta la mirada de Aizawa. " E-está bien", dice. "No tenemos que hablar de eso". Espera desesperadamente que Aizawa lo deje, porque aunque sabe que Aizawa no le gusta, que piensa que no es apto para los UA, que es un inútil y quirkless, no quiere oírlo...