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Chan

Mis hermanos y yo estábamos viendo la pelea en la jaula del próximo oponente de Seungmin. Felix ya se había dormido contra Changbin como de costumbre. Dudaba que alguna vez viera más de unos pocos segundos de pelea. La violencia simplemente no estaba en su naturaleza.

—No puedo esperar para pelear con él —dijo Seungmin cuando su próximo oponente lanzó una patada al otro luchador a la jaula. Nada mal.

Mi teléfono se encendió y también lo hicieron los teléfonos de mis hermanos. Por un momento ninguno se movió. Alcancé el mío.

Se había activado una alarma. ¿Qué carajo? Abrí la alerta. Alguien o algo había tocado el alambre de púas eléctrico en la parte superior de los muros.

Changbin fue más rápido. Levantó su teléfono con la grabación en vivo del área afectada. Cuatro personas pusieron una escalera sobre la cerca, pusieron una tabla de madera sobre los cables eléctricos y treparon el muro. Me puse de pie, sacando mi pistola y un cuchillo. Changbin sacudió a Felix para despertarlo y luego se volvió hacia Jeongin.

—Lleva a Felix a la habitación de pánico. Dispara a matar, sin hacer preguntas.

—¿Qué pasa? —susurró Felix. Changbin negó con la cabeza, lo besó, y después lo empujó hacia Jeongin, quien lo tomó de la mano y lo empujó, sacando su propia pistola.

—Voy a apagar las luces en el perímetro —dijo Changbin—. Podemos emboscarlos más fácilmente de esa manera.

Asentí.

—Seungmin, ve por Hyunjin. También lo quiero en la habitación de pánico.

Seungmin frunció el ceño.

—Quiero patear algunos culos de la Organización.

—Seungmin—gruñí. No podía creer que la maldita Organización en realidad se atreviera a atacar nuestra mansión. Ese no era el estilo de Yoongi. Demasiado arriesgado.

Con una mirada fulminante, Seungmin corrió escaleras arriba. Changbin ingresó el código en su teléfono que estaba conectado a nuestro sistema de control central y la oscuridad cayó sobre nosotros. Mis ojos tardaron unos
segundos en adaptarse.

La luz de la luna entraba por las ventanas, y pronto mi hermano y nuestro entorno se convirtieron en algo más que formas abstractas. Me acerqué a Changbin.

—Se dirigen hacia el ala norte —dijo. Las cámaras tenían visión nocturna, de modo que no tendríamos problemas siguiendo el progreso de los atacantes.

Una cabeza rubia estaba entre ellos, y tuve el presentimiento de saber quién era. Yeji había venido a salvar a su gemelo, probablemente sin las órdenes de su Capo. Si estuvieran aquí en plan de Yoongi, se habrían retirado al momento en que se apagaron las luces. Que
siguieran con esto solo significaba que alguien a quien no le importaba su vida era el líder.

—Vamos —dije. Changbin y yo nos deslizamos hacia el jardín, pasamos junto a la piscina, en dirección hacia donde se dirigían los atacantes—. Yeji es mía —dije en voz baja.

Changbin no dijo nada, solo apagó su teléfono para que el brillo de la pantalla no nos delatara.

Llegamos a la esquina del ala norte y ambos nos agachamos. Estudié los alrededores y vislumbré a dos figuras, una de ellas rubia, trabajando en la puerta de la terraza del dominio de Seungmin mientras que los otros dos escudriñaban el área, apuntando con sus armas hacia adelante. Habían volcado la mesa y estaban medio escondidos detrás de ella. Era madera maciza. Tal vez bloquearía las balas.

Sinful passion  ⏐Chanjin✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora