🔞 Este es un buen momento para recordarles que la historia es Boypussy 🤓☝️
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Hyunjin
Durante los siguientes dos días, Chan mantuvo su distancia. No salimos a correr, y Felix o uno de sus hermanos me trajeron comida.
La mirada en sus ojos cuando grité en el sótano, era difícil de describir, pero sabía que por alguna razón que le había molestado.
Changbin me había informado esta mañana que Yeji estaba de vuelta en Dalseogu. Le creí. Chan lo había prometido y, a pesar de mis difíciles sentimientos hacia el Capo, sabía que mantendría esta promesa.
También sabía que Yeji y mi familia estarían sufriendo todos los días que estaba aquí.
Changbin me trató aún más frío que antes; si eso era posible. Tenía el presentimiento de que las cosas entre Chan y él estaban tensas por Yeji. Changbin probablemente habría matado a mi hermana. Era la solución obvia, la que Yoongi habría elegido. Pero Chan... era impredecible. Cruel. Feroz. No le entendía.
Si hubiera torturado y matado a Yeji, lo habría odiado con un brutal abandono, habría hecho todo lo posible por matarlo. Pero no lo hizo. Tenía miedo de sus motivos, pero más que nada... tenía miedo porque una parte retorcida de mí estaba agradecida. No estaba seguro exactamente por qué, pero Chan había hecho esto por mí.
Era pasada la medianoche cuando escuché que mi puerta se abría. No podía dormir, mi mente zumbando con pensamientos. Acostado de lado, observé cómo entraba una figura. Sabía que era Chan por la forma en que se movía, por su cuerpo fuerte, por la sacudida de su cabello negro.
—Estás despierto —dijo en voz baja.
—¿Querías verme dormir?
Se acercó más. Su rostro yacía en las sombras, y mi pulso se aceleró. Se hundió en el borde de la cama y me puse de espaldas.
—No —dijo en un tono extraño—. Te prefiero despierto.
Se inclinó sobre mí, uno de sus brazos apoyado junto a mi cadera.
—¿Qué quieres? —murmuré.
—Quiero que te vayas.
Mis ojos se abrieron de par en par.
—Entonces déjame ir.
—Me temo que no es tan fácil. —Se inclinó aún más bajo y luego su palma tocó mi vientre y se deslizó lentamente hacia abajo. Contuve la respiración, quedándome inmóvil en una mezcla de sorpresa y anticipación. Me acunó entre las sábanas y mi ropa. El toque fue ligero, casi cuestionable, y estaba completamente congelado. Mi núcleo se estremeció y eso, más que el toque de Chan, envió una feroz puñalada de miedo a través de mí. Quería que me tocara sin una barrera entre nosotros, quería probar algo totalmente prohibido, algo que no podía permitir.
