22

367 46 16
                                    

Chan

La Arena de Roger estaba repleta para mi pelea cuando entré. Changbin me siguió de cerca a medida que caminábamos hacia el puesto donde Jeongin, Seungmin, Felix, Junhan y Jungsu estaban esperando. Ya estaba en mis pantalones cortos de combate, y mi cuerpo vibraba con sed de sangre apenas contenida.

Roger ayudaba detrás de la barra por una vez y me saludó con la cabeza, el cual yo devolví. La audiencia me lanzaba miradas, ansiosas, curiosas y aterradas. Mis peleas siempre eran particularmente populares para aquellos que tenían estómagos para ellas. Jaewon se veía jodidamente extático mientras anotaba las apuestas.

—¿Quiénes son las almas desafortunadas con las que lucharás? — preguntó Seungmin con curiosidad.

—Pregúntale a Changbin. —No me importaba quiénes eran. De cualquier manera, los despedazaría.

—Dos ex convictos. Ambos en fuga. Ambos en desesperada necesidad de dinero como en identidades nuevas. Sin opciones —dijo Changbin con neutralidad—. Uno de ellos mató a su esposa embarazada a punta de patadas y perdió al bebé. Ya cumplió una sentencia por homicidio. El otro pasó la mitad de su vida en la cárcel por abuso de menores.

—Parece que merecen su sentencia de muerte —dijo Jungsu con una sonrisa, su brazo envuelto alrededor de Junhan y él sonriéndole con adoración. La vista disparó mi furia, y me concentré en la jaula.

—Desearán la pena de muerte cuando termine con ellos.

El árbitro gritó mi nombre, y caminé entre la multitud abriéndose hacia la jaula y los dos hombres muertos me esperaban dentro. La multitud rugió y aplaudió, extasiada. Me metí en la jaula y evalué a mis oponentes. Uno de ellos era más alto y más ancho que yo. Tal vez podía imaginar que era Minho. Sería un giro emocionante muy agradable. El otro era bajo pero parecido a un toro, y su postura sugería que era boxeador. Ambos parecían que sabían cómo conectar un buen puñetazo. Bien.

Para el momento en que comenzó la pelea, atacaron juntos. Agarré al bajo y clavé mi rodilla contra su costado, pero el gigante me agarró por detrás. El chico bajo se apresuró hacia mí y me dio un puñetazo en el estómago. Sacudí la cabeza hacia adelante y la estrellé contra la suya. Se tambaleó y pataleé contra su pecho, catapultándome a mí mismo y al hijo de puta que me retenía por detrás. Nos estrellamos contra la jaula, y salté del agarre del Grandote. Girándome, me levanté del suelo rápidamente y pateé su puta cara, rompiéndole la nariz, la barbilla y el pómulo. La sangre salpicó por todas partes, y el tipo cayó hacia atrás, sosteniéndose su cara. Eso lo mantendría ocupado por un tiempo.

Me volví hacia Bajito y sonreí. La audiencia rugió. Conocían esa sonrisa. Y la mirada en los ojos de mi oponente me fue familiar: pánico y realización horrorizada. Me acerqué a él lentamente, y levantó los puños. Fingí un ataque, haciéndolo retroceder. Me reí entre dientes. Esto iba a ser divertido. Me lancé hacia él, pateando y golpeando con fuerza sin piedad alguna. Los gritos de la multitud y los jodidos gemidos de mi oponente me incitaron, pero el maldito vacío en mi pecho permaneció igual.

Lo pateé una y otra vez hasta que todo estaba rojo. Cuando ni siquiera se movió más, me detuve. El otro tipo estaba de espaldas a mí y estaba sacudiendo la puerta de la jaula, queriendo salir.

—Nadie va a abrir esa puerta. Si quieres salir de esta jaula, tendrás que matarme.

Grandote se volvió, con la cara hinchada y sangrienta. Hizo lo mejor que pudo. Pronto lo tuve en un estrangulamiento, y después estrellé su cara contra la jaula. Una vez. Dos veces, y luego una y otra vez. Maldita sea, no podía detenerme. Necesitaba aplastar algo.

Sinful passion  ⏐Chanjin✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora