Abrazo

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Satoru siempre abraza a Suguru cuando se siente estresado.

Ser el hechicero más fuerte era un papel realmente agotador, era un trabajo de 24 horas sin descanso. Satoru debía mantener esa postura ante sus amigos, maestros y altos mandos. Era cansado.

Es por eso que un albino salía de bañarse con el cansancio plasmado en su rostro sin intención de irse, sus ojos se sentían pesados conforme parpadeaba y avanzaba a su habitación. Misma que dejaba ver una tenue luz salir por la parte de abajo de la puerta, logrando confundirlo un poco pues no recordaba haber dejado una lámpara prendida.

Tomó la perilla de la puerta y la abrió con pereza, quedándose estático al ver a un morocho sentado en su cama con un libro en sus manos y una lámpara a su lado adornando un poco la habitación para permitirle tener buena visión en su lectura. De pronto, todo cansancio había desaparecido de su cuerpo, llenándolo de emoción y con energías. Sin pensarlo, se acercó al cuerpo ajeno que no había interrumpido su concentración en ningún momento. Gojo se subió con calma a la cómoda cama y se colocó detrás de su cuerpo abrazándolo su torso con sus brazos y piernas mientras su rostro se enterraba en su hombro.

Fue entonces, que Geto por fin tuvo una respuesta. Su diestra subió hasta los cabellos blancos del chico y comenzó a acariciar estos col suavidad, tratando de transmitirle paz a su pareja que lucía y se sentía cansado.

— ¿Cómo estuvo tu día? — Suguru susurró desviando sus ojos de las hojas para ver al alto, quien negó suavemente sin cambiar su posición. — ¿Quieres ir a dormir?

— Quiero que me abraces. Te extrañé.

Geto sonrió acatando la orden. Cuando Gojo estaba cansado lucía como un gatito en busca de cariño.



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Situaciones de pareja | SUGUSATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora