Cortas historias sobre el SuguSato en diferentes universos. La mayoría de las historias están basados en fanarts, por lo que se les da créditos a sus respectivos artistas.
ADVERTENCIA: el presente contenido NO se centra en contenido NOPOR, sino en...
A Satoru le gusta robar el labial rojo de Shoko ocasionalmente y besar a Suguru con él.
Satoru salía de la habitación de Shoko con sigilo y verificando que nadie estuviese en el pasillo para atraparlo en su travesura. Sus piernas comenzaron a moverse cuando se aseguró que estuviese vacío, corriendo hasta la habitación de Suguru, encontrándolo en su cama leyendo un libro sin silencio. Su mirada se alzó y su cabeza se movió con suavidad hacia el causante del ruido, viendo a su novio en la puerta de su cuarto, notando la sonrisa que este tenía.
— ¿Hiciste algo que merezca un regaño?
Satoru lo pensó. Negó. — te tengo una sorpresa — su sonrisa no desapareció. — cierra tus ojos.
Suguru le siguió viendo por unos segundos antes de seguir la petición de su pareja, dejando su libro de lado y cerrando sus ojos. Sus sentidos estaban alerta por la falta de visión, poniendo atención a las pisadas del albino y sintiendo el movimiento del colchón así como un peso instalarse en su regazo. Sus manos fueron a los muslos del pálido por inercia.
— Abre los ojos
Geto lo hizo. Frunció el ceño.
— Amor, ¿por qué traes el labial de Shoko?
Gojo no dijo nada. Tomó con cariño el rostro de su pareja y sin borrar su sonrisa besó sus labios, manteniendo un beso largo por unos momentos antes de separarse. Sus labios fueron a dar a la frente del morocho, siguiendo a la zona que estaba arriba de su ceja y bajando a su pómulo, besando tres veces más en aquella zona. Suguru no objetaba, solo cerraba sus ojos y se dejaba besar por el albino, quien parecía disfrutarlo.
— Te ves muy guapo con mis besos — Satoru se alejó sin dejar de verle.
Geto le mantuvo su mirada. Imitó la acción de su novio poco después y dejó algunos besos en su piel, dejando uno en su mentón, uno en su mejilla izquierda y otro en su cuello. Estaban felices con el resultado. Ambos chicos siguieron besándose aún con el labial en sus belfos y creando un momento muy intimido entre ellos, hasta que una voz se escuchó y Satoru tembló levemente.
—¡Satoru Gojo, regrésame mi labial!
🌑🌑🌑🌑🌑
reference image:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
