Cortas historias sobre el SuguSato en diferentes universos. La mayoría de las historias están basados en fanarts, por lo que se les da créditos a sus respectivos artistas.
ADVERTENCIA: el presente contenido NO se centra en contenido NOPOR, sino en...
⚠️ ADVERTENCIA: el siguiente contenido tiene leve mención sexual y escenas eróticas. se recomienda discreción.
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Satoru ama los besos de su novio. A Suguru siempre se le olvida que pueden ser atrapados por sus repentinos encuentros.
La pareja había perdido la cuenta de las veces que se escapaban de sus clases para besarse un rato, incluso en varias ocasiones estuvieron a punto de ser descubiertos por sus colegas, alumnos y maestros. Recuerdan que incluso en una ocasión se habían escondido en el armario de limpieza por estarse besando en el pasillo tan desesperadamente que casi los descubrieron Itadori y Fushiguro, quienes estaban buscando a su superior Gojo.
Era algo que habían tomado como una mala manía desde que eran adolescentes, incluso Shoko los había atrapado en pleno faje. No eran buenos escondiéndose, por ende la castaña muchas veces les había segundas quedándose cerca del lugar en el que ellos estaban para que pudieran besarse tranquilos sin interrupciones. Como lo hacían ahora.
Suguru estaba en la habitación de Satoru besándolo sin descanso, escuchando los lujuriosos sonidos que si boca dejaba escapar contra sus labios. Sus manos apretaban su cintura y por ocasiones bajaban hasta sus caderas e inicio de sus glúteos, los cuales amasaba con descaro haciendo que el albino temblara en su lugar. Las pálidas manos del alto se agarraban fuertemente de los hombros del morocho, sentía que en cualquier momento sus piernas iban a flaquear y perdería el equilibrio por completo.
La situación subió de tono cuando la excitación de Geto aumentó con rapidez, haciendo que la espalda de su novio chocara fuertemente contra la pared del cuarto ya su manos bajaran hasta la parte trasera de sus muslos, impulsándolo hacia arriba y obligándolo a enlazar sus piernas al rededor de su cintura. Sus caderas se movieron en forma de provocación, logrando que Satoru rompiera el beso por primera vez desde que comenzaron. Su cabeza fue a golpear contra la madera del cuarto cuando la dejó caer hacia atrás. Suguru subió su mano hasta su nuca para brindarle suaves caricias mientras sus labios iban directo a su cuello.
El de cabellos blanco gemía bajo y temblaba bajo el tacto del ajeno, apretando aún más sus manos contra las ropas del chico. La estimulación que estaba recibiendo era demasiado, al punto que su pareja tuvo que tapar su boca cuando sintió que sus gemidos iban subiendo de tono. No debían olvidar que Shoko seguía afuera de la habitación.
Pero esa preocupación poco les importó segundos después, pues Geto bajó a su novio para moverlo hasta la cama y poder continuar, caminando torpemente en el pasillo de la habitación, tropezando cuando el pie del morocho de enredó con el del albino y obligándolos a caerse.
Suguru quedó encima de Satoru. Su zurda se enredó con la venda negra del albino en un intento de evitar el golpe cuando quiso apoyarla en el suelo. Gojo por su parte, dejó ambas manos en el cuerpo de Geto. Su zurda se mantuvo en todo momento enredada en sus cabellos negros y su diestra detrás de su brazo, aferrándose a la tela de su ropa. Fue entonces cuando en esa posición tan comprometedora que la puerta se abrió.
Ambos hombres vieron aturdidos en dirección a la luz que comenzaba a entrar, viendo a dos adolescentes verles con sorpresa.
Yuuji fue el primero en reaccionar de los 4 por lo que así como abrió la puerta así decidió cerrarla. Tomando a Megumi de la muñeca y llevándoselo de ahí.
Shoko se había ido a los 5 minutos que entraron. Por eso los jóvenes habían entrado.
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