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El dúo de amigos primates descendió por la colina hasta el río, tenían la tarea de traer los peces de nuevo. Mañana seria día de caza y querían terminar lo antes posible para regresar y preparar el armamento.

Hoy voy a atrapar más que tu. ¡Soy muy veloz!

Cállate, Ash.

Siguieron el camino durando otros minutos, estando cerca ya comenzaban a escuchar la corriente. Ash se adelanto entre saltos retando a su amigo que él seria mas rápido de nuevo. Ojos Azules rodó sus cuencas ignorando el reto, camino a paso normal hasta alcanzar a verlo parado en frente.

¿Que pasa? —se puso a su lado viendo su expresión. El simio levantó el brazo y apunto al frente, el hijo del líder giro la cabeza en esa dirección. Y ahí la sorpresa apareció en su rostro.

Su cuerpo se encontraba encima de las rocas sin mostrar señal de vida, les pareció raro ver manchas rojas pintar la tierra, a sus pies había cosas de su mochila esparcidas a su alrededor. Ambos se acercaron a paso lento hasta la joven, Ash fue el primero en picar su hombro, pero no recibió respuesta ni otro movimiento.

—Herida... —hablo el de mirada verde. Señaló la pierna de la joven donde la sangre se hacia mostrar, alcanzaba a ver un pequeño orificio en la zona— Debemos ayudarla. Hay que llevar para que la ayuden.

—No podemos. Podría ser peligrosa.

—Sangra, Ojos Azules. Ella salvo a nuestras madres, nos toca salvarla. —le recordó su amigo. El hijo del líder dudo un instante, la preocupación estaba en su mirada por dos razones.

La chica.

Y que sería malo llevarla a la Aldea sin aviso.

Reprendió a su amigo por verlo cargar la anatomía de la chica en su propia espalda, le señaló que llevara su bolso y en menos de una hora ya estaban partiendo con los demás.
Ash escuchaba a la joven murmurar palabras sin sentido, una mano la usaba para evitar que ella cayera y la otra lo ayudaba a caminar. Quería llegar rápido, sentía el liquido rojo por su espalda y bajar hasta su pierna.

Perdía mucha sangre.

La asiática abrió uno de sus párpados, solo veía cosas borrosas, su cabeza le daba vueltas. Sentía mucho movimiento, pero un agarre fuerte en su costado. No sabía quién era, pero estaba segura de algún modo, apoyo mejor su cabeza en la espalda del simio y volvió a perder el conocimiento.

No iba a pelear.

¿Que le diremos al resto? No querrán verla.

—Necesita. Ayuda. —contestó el de mirada verde con una mano. Se detuvo un momento para ello y volvió a caminar afirmando el agarre en la chica en su lomo.

Ignoro las siguientes palabras de Ojos Azules y siguió caminando, observo de reojo a Mina, su expresión estaba neutra, era mejor ver eso que sus muecas por el dolor.
El recorrido duró menos de los esperado, quizá porque Ash a nada de correr como un atleta, pero seguía pensando en la seguridad de la chica.

Las miradas no tardaron en recaer en ellos, el silencio fue de inmediato cuando vieron la persona allí. Ash se apresuró a ir con el consejo, al menos con alguien de alto rango que estuviera cerca.

Maurice.

—¿Que sucede? ¿Ella está bien?

—Herida. —el hijo de Rocket trepó la gran roca junto al orangután, dejó a Mina con cuidado en el suelo. Señaló la sangre en su pierna, su amigo se coloco a su lado dejando el equipaje de ella.

El de pelaje rojizo dio pequeños pasos a ella, observo su estado, su pecho subía y bajaba con algo de rapidez. Era buena señal.
Sus ojos bajaron hasta donde Ash le señaló, un agujero pequeño estaba allí repleto de sangre. Distinguió un diminuto brillo sobresalir de la zona.

—Maurice.

César.

El líder de los simios aterrizo con un salto a su lado, pasó de él hasta el cuerpo inconsciente, luego observo a su hijo en busca de respuestas. Él, algo apenado, contestó.

Encontrarla en el río donde pescamos. Estaba así...

Bala. —su fiel consejero hablo apuntando la pierna de Mina. Su mirada recayó en ella, se agacho a su altura e inspeccionó lo que su amigo le dijo.

Cesar volteo cuando el ulular de un simio lo llamo, su esposa lo veía a pocos metros junto a Tinker, ambas mostraban preocupación por ver a su salvadora allí sin moverse. Apretó sus labios y resoplo, le hizo unas señas al orangután que él acato de inmediato.

—¿Padre?

Vio de reojo a su hijo, volvió con Mina a sus pies, comenzaba a formar muecas en su rostro. Espero a que Maurice estuviera en su posición y acercó su mano a la chica.
De las pocas películas que Will la mostró cuando comenzó a criarlo, una de ellas mostraba una escena igual.

Debía sacar la bala del cuerpo rápidamente y vendar la herida.

Cada simio de la colonia estaba atento a su líder y los movimientos que hacía en la chica, la mayoría se alargo al escuchar su repentino grito y sollozos. El orangután retenía su cuerpo de moverse con brusquedad, la adolescente maldecía y trataba de liberarse del fuerte agarre de Maurice.

Y en pocos minutos los gritos secaron.

El simio examino la bala en su palma, solo había una explicación de como llegó ahí. Vio a su esposa y la de Rocket intentar ver a Mina, ella recibió una bala en la pelea que tuvo con ese cazador de ayer.

—T...

Analizo a la joven aún tendida en el suelo, le dio la orden a Maurice de soltarla y obedeció, ella abrió poco a poco sus párpados, aunque seguía notándose cansada. Sus cuencas se fijaron en César.
Levantó con algo de dificultad su brazo izquierdo, perdió la fuerza aunque un simio alcanzó a darle la mano. César movió sus ojos verdes hasta el joven simio. Ash dio pequeños pasos quedando más cerca Mina.

El color verde de sus ojos estaban puestos solo en ella, Ojos Azules analizo a su amigo, notaba un deje de preocupación en su mirada.

¿Por ella? ¿Por qué?

Era la enemiga.

¿Cierto?

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Ash. Dar. Paso. Primero.

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𝑇𝑂𝐺𝐸𝑇𝐻𝐸𝑅 | 𝘽𝙡𝙪𝙚 𝙀𝙮𝙚𝙨/𝘼𝙨𝙝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora