|5|

267 37 5
                                    


Miró los orificios que tenía el techo, estaban esparcidos por todos lados, los contó varias veces para pasar el tiempo. Eran al menos cinco, tres en medio de todo y los últimos dos en cada punta de la tienda.
De ese modo a veces entraban hojas o tierra de arriba que sacudía el viento, mugre que limpio varias veces para tener un lugar donde dormir.

Levantó su cuerpo quedando sentada al oír crujir las hojas caídas en el suelo, dirigió su brazo al cuchillo de caza que se encontraba a sus pies, no aparto la mirada de la entrada en ningún segundo.

—Maldición... —suspiro. Paso ambas manos por su cara al ver un simio entrar— ¿Que rayos haces aquí? Casi me matas del susto. Vete.

Querer verte. Divertida.

—Vete, Ash. Ahora. Tu gente no querrá verte aquí solo —volvió a recostarse en su manta y contar los huecos. Giro la cabeza cuando escucho ruido a su lado, el chimpancé se acostó a su lado—. ¿Que haces?

—Quiero ver que miras tu.

—Dije que te fueras. Si te encuentran aquí te meterás en problemas y no quiero estar en medio de un drama. No tengo cabeza para soportar eso...

Sus ojos verdes la observaron durante segundos, le frunció el ceño. Entonces su mirada se desvío al mueble detrás de ella.

¿Quienes son? —miro en su dirección. Una foto estaba adornada allí, tres personas estaban posando con una sonrisa.

—Son... mis hermanos —recogió la foto en sus manos—. La sacamos cuando Jae se recibió de oficial de policía. ¿Por qué hablo de esto contigo? Vamos, vete.

Se puso de pie y arrastro al simio de sus pies, lo escucho ulular con risas de por medio, Mina ignoro ello y siguió tirando de sus pies.

—Raro, raro, raro —repitió la misma palabra al sentir un pie de Ash sujetar su brazo y tirar de ella. Su cuerpo cayó sobre el simio y el mismo rodeo su cuerpo sin dejar de reír con ululares. Contuvo la respiración al tener los pelos en su nariz—. Dios, apestas a humedad...

Mientras la castaña batallaba por liberarse, el agarre de Ash se volvía más fuerte. Y en el momento en que ellos seguían en su mundo, un simio comenzó a sentir la ausencia de Ash.

 Y en el momento en que ellos seguían en su mundo, un simio comenzó a sentir la ausencia de Ash

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Ya los diferencias? San-woo, Jae y yo... Aquí tengo seis eso es claro. No tenía muchos fotos con ellos.

—Verte igual. Cabello corto ahora.

—Si —acaricio sus hombros sintiendo la ausencia de su largo pelo—. Ya estaba muy largo y estorbaba.

Bonita.

—Ah... Gracias —volvió su mirada al retrato de su familia. Aclaro su garganta y con su dedo apunto el fondo—. Allí es donde estudio para ser policía, era bueno en educación física. Ambos eran atletas, hacían boxeo.

𝑇𝑂𝐺𝐸𝑇𝐻𝐸𝑅 | 𝘽𝙡𝙪𝙚 𝙀𝙮𝙚𝙨/𝘼𝙨𝙝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora