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Escucho mucho bullicio a su alrededor, estaba claro que eran animales, Mina abrió sus ojos y distinguió a pequeños simios verla de frente. Mantuvo su cuerpo quieto observando con cansancio a las crías, hasta que estos fueron espantados por otro mayor. Levantó la mitad de su cuerpo con ayuda de sus brazos, toco su cabeza tratando de recordar que sucedió.

Ash le tendió un cuenco con pequeños alimentos que ellos tenían preparado para la cena, la asiática lo observo de reojo.

—No tengo hambre. —ignoro su presencia y reviso su pierna. Arrugó su rostro al ver que solo portaba su ropa interior, un tic apareció en su ceja, miró sus alrededores. Entonces Ash le alcanzó su prenda inferior, ella se lo arrebato y comenzó a vestirse con cuidado pegando su mirada en Ash esperando una explicación.

Mucha sangre. Vendarte mejor sin eso puesto. Eso decir Maurice.

—Escucha, simio. No me interesa, solo quiero salir de aquí.

—Comer. —el chimpancé le tendió de nuevo el plato de alimento, ella dio un manotazo tirando los restos al suelo. Mantuvieron la mirada durante largos segundos, estaba desafiando al animal. Entonces él levantó el brazo mostrando una fruta manteniendo esa batalla de miradas.

Mina soltó una risilla ante ello— Eres insistente, ¿cierto? —le resultó gracioso como hizo ello como si no le importara su fría actitud, acepto la fruta dándole una mordida. Eso puso feliz a Ash— Donde estoy por cierto...

Mi hogar. Mi cama. —apunto el nido donde ella despertó, asintió ante su respuesta. Vio la entrada del lugar encontrando de nuevo a los pequeños simios verla.
Miro el fruto en su mano, dudo un momento pero rodó el alimento a ellos. Sorprendidos, comenzaron a pelear por quien lo agarraba primero y se alejaron cuando uno corrió con ella en mano.

Sonrío un poco por la escena, dirigió sus ojos hasta el joven simio de nuevo. Parpadeo confundida al verlo ahora con el mismo plato con la comida que tiro antes.

—¿Que? ¿Que haces? Eres raro.

Mina no lo sabía, pero a veces los simios machos le daban comida a las hembras como un método de cortejo o querer formar un vínculo, u otras veces mostrar interés. Aveces era demostrar su dominio. Pero Ash se guiaba por el interés. Era una costumbre que siempre se hizo, pero ella solo veía a un simio darle más comida por darle la suya a otros simios.

Acepto el plato un poco confundida.

Ash sonrío.

Lo escucho soltar ululares y salir mediante saltos del lugar, confundida rodó los ojos, dejó el objeto de lado y trató de ponerse de pie. Al lograr su objetivo salió al exterior, cubrió un poco sus ojos de la luz hasta aclarar su visión.

—Verte. Mejor.

Asintió hacia César— Esto no significa que te deba algo ahora.

—Salvar a mi... esposa y de... Rocket. A mano.

—¿Donde están mis cosas? No estaban allí dentro. —refiriéndose al hogar de Ash. El simio líder la guió al centro de lugar donde trepó una enorme roca. Maurice, Rocket y Koba estaban allí alrededor de una fogata. Recibió su bolso de nuevo gracias al orangután.

—Bala. Estaba... en tu pierna. —el objeto fue puesto en su mano.

Analizo con detalle el pequeño elemento un momento, frunció el ceño. Ya recordaba con exactitud que sucedió y como llego eso a su cuerpo. Decidió guardar la bala en su bolsillo, colgó el bolso en su espalda.

¿Estarás bien? —consulto Maurice al verla alistarse para irse.

—Si sigo de pie significa que si. Realmente ya no siento mucho dolor, tome algo para contrarrestar el dolor antes de perder el conociendo... —dejo sus palabras al aire. ¿Por qué hablaba con ellos con tanta normalidad? Aparto la mirada y procedió a darse la vuelta e irse.

De hecho le resultaba curioso como su pierna no le dolía tanto como antes, observo la venda a través del hueco de su pantalón, estaba claro que los simios hicieron el trabajo.
Se detuvo en frente de la entrada, giro solo un poco para ver el hogar de los simios otra vez, había pequeños grupos rodeando diferentes hogueras. Parecía un pueblo tranquilo de humanos, solo que con simios.

¿Por qué paraba? Vete. Ahora.

Algunos uh llegaron a sus oídos, miró a su costado de nuevo a Ash, notaba confusión en su mirada, estaba viéndola parado en sus dos patas, era bastante alto.
Desvío sus ojos y siguió su camino, ignoro la presencia del gorila que cuidaba de la entrada, pasó de él y bajo cuesta abajo.

Solo porque la ayudaron no significa que ahora sienta menos odio por ellos.

Detuvo sus pies.

—¿Por qué me sigues? Vuelve adentro. —volteo.

Ojos Azules no hizo caso— Entender las señas.

—¿Y eso que? —alzó los brazos buscando entender la razón de sus palabras— Mi hermano me enseñó y yo segui aprendiendo luego. ¿Ya?

—¿Por qué odias a mi padre? Nuestra raza.

—Agradece que sigue contigo primero, porque yo no soy una asesina.

—Matar dos personas. Protegiendo a simios.

Mina se acercó unos pasos hasta el chimpancé— No creas que por eso los odio menos. Si acabe con esas personas es porque se lo merecían.

—¿Y mi... padre?

Guardo silencio, pensando en su respuesta— No mato a animales. Solo cuando puedan ser comida y no me ruegan con su voz para que no los mate.

—No entiendo... tus palabras. ¿Decir que matarnos si fuéramos simples simios? ¿Como era antes?

Se acercó más al chimpancé, él retrocedió un poco y al pisar una roca perdió equilibrio y cayó de espaldas. Dejando que ella se viera más imponente y grande, Mina apoyo sus manos en las rodillas agachandose un poco.

—Antes eran animales de zoológico. Criaturas que no pensaban ni hablaban diciendo lo que piensan. Ni así llegaría a matarlos, no soy una persona horrible y cruel... —le tendió su mano a Ojos Azules, pero él se levantó solo— Mientras no se vuelvan seres horribles como los humanos de ahora, todo estará bien. Dile a Ash que gracias por la fruta.

Retomo su camino hasta la tienda donde había hecho un pequeño refugio. Ojos Azules mantuvo la mirada en la chica otro momento, miró su palma, quería darle la mano pero se asusto un poco.

Ahora se fue de nuevo.

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Ash. Intentar. Ser amable.
Ojos Azules. Hablar con Mina. ¿Acercar?

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𝑇𝑂𝐺𝐸𝑇𝐻𝐸𝑅 | 𝘽𝙡𝙪𝙚 𝙀𝙮𝙚𝙨/𝘼𝙨𝙝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora