**(Narra Adara)**
Un gran número de los habitantes de primavera nos recibieron y se pusieron a caminar con nosotros hasta su pueblo principal, que resultó el más cercano a la Central. Los habitantes que no fueron a recibirnos a la central se encontraban en la aldea, que parecía más una ciudad que un pueblo. Bastantes habitantes como hadas y centauros nos esperaron en la entrada del pueblo. Al acercarnos junto al resto nos recibieron con una entrada triunfal, las hadas comenzaron a revolotear sobre nosotros y nos pusieron coronas de flores muy hermosas a Syao y a mí. Las flores de la corona eran las más hermosas que vi nunca. Los faunos se pararon erguidos como militares e hicieron un puente de espadas largo hasta un edificio que parecía el ayuntamiento.
Subimos algunos escalones hasta llegar a un descanso y ahí volteamos a ver al pueblo. Todo el mundo se veía muy contento de ver a sus nuevas estaciones finalmente. Mientras saludábamos a todos sonó una trompeta y la gran mayoría se arrodillaron, a excepción de algunos elfos.
Todos se dividieron y agruparon según su pueblo, de cada pueblo uno se paró al frente viéndonos fijamente.
—Jóvenes señores, el pueblo de los centauros les da la bienvenida —nos dijo un enorme centauro llevándose la mano al pecho e inclinando un poco la cabeza.
—Las hadas también les damos la bienvenida a las tierras de primavera mis señores —nos dijo un hada que había tomado un tamaño humano.
Ver a un hada tan grande me sorprendió, pero al ver bien todas habían crecido. Después preguntaría como lo hicieron.
—Por último, nosotros los elfos les damos la bienvenida —nos dijo un joven elfo que no era el que estaba parado al frente, sino uno que estaba en primera fila.
Todos los pueblos de primavera se pusieron de pie y se nos acercó el líder de los centauros.
—Jóvenes señores, yo soy el general del ejército de primavera, si me permiten quiero ¡Dar inicio al festival de florecimiento! —con gran vehemencia.
Con el anuncio del general todos corearon y algunas personas se retiraron rápidamente, seguro se estaban retirando para preparar todo.
—Primero mis señores los llevaré a que conozcan los territorios de todos los pueblos de primavera —nos dijo ofreciéndonos su lomo para llevarnos.
Syaoran me ayudó a subir al lomo del general y luego se montó frente a mí. El general comenzó a galopar a toda velocidad y lo primero que hizo fue subir a una montaña que había detrás de la aldea y nos mostró toda la aldea desde las alturas.
—Esa es la aldea principal mis señores, aquí se reúnen casi todas las tribus a excepción de los elfos, siempre que haya algo importante todos vendrán a este pueblo.
—Interesante, pero, ¿por qué los elfos no habitan en el pueblo? —preguntó Syao.
—Tienen tradiciones algo peculiares y por lo general nunca les ha gustado mezclarse con las demás razas.
—Habrá que solucionar eso —les dije muy convencida.
—Sería muy bueno que logren unificar completamente a primavera, sus padres casi lo lograron, pero los elfos llegaron a ser muy tercos hasta que ellos se fueron —nos comentó.
Luego de ese pequeño espacio informativo el general comenzó a galopar hacia la aldea de los centauros, en el camino nos platicó acerca de algunas historias antiguas de primavera y nos contó un poco de las tradiciones arcaicas de los elfos.
En el camino sin darnos cuenta los árboles comenzaron a ser enormes y en poco tiempo llegamos a una gran muralla. El general se detuvo frente a una enorme puerta y sonaron unas trompetas que iniciaron la apertura de la puerta. Entramos al pueblo aún montados en el lomo del general y vimos justo a otros centauros saliendo en dirección a la aldea principal.
—Acá habita mi pueblo, somos una tribu guerrera que ha entrenado y peleado con las estaciones desde los inicios de este mundo, aunque con la larga Era de paz nos volvimos un poco más decorativos, pero seguimos sirviendo con fervor y compromiso.
—¿Este mundo? —pregunté curiosa.
—Correcto mi señora, Kisetsu no siempre existió, pero esa es una historia que solo está bien contada en libros, así que prefiero que la conozca por su propia cuanta, talvez me olvido de algo importante o añado alguna cosa que no pasó.
Me entró la intriga por saber de qué estaba hablando el general, pero aparentemente era una historia algo larga y complicada, así que sería mejor hacer lo que me dijo el general y leerla completa, y sin modificaciones.
El general nos mostró el almacén de armas y comida de la aldea, también nos mostró su casa y una mini arena en la que se celebraban combates de práctica entre los jóvenes de la aldea, lamentablemente en ese momento no había ninguno. Me hubiera gustado ver como combaten los centauros.
Luego del breve recorrido por la aldea de los centauros nuestra siguiente parada sería el bosque de las hadas para luego ir hacia el gran árbol de la ciudad de los elfos. Al pasar por el bosque de las también nos encontramos de camino con algunas hadas que nos saludaban y rápidamente volaban hacia la aldea principal.
—El bosque de las hadas es uno de los lugares más hermosos de primavera luego del valle debajo del árbol de los elfos —nos comentó el general.
Viendo de cerca en los árboles había pequeñas casitas, todos los árboles tenían varias casitas diminutas muy lindas y coloridas, vimos árboles de todos los tipos, pero en lo personal para mí los más bonitos eran unos que se parecían a los cerezos japoneses. Una vez fuera del bosque de las hadas llegamos a una saliente donde el general se detuvo, inicialmente por el cambio repentino con el sol de frente no pudimos ver, pero una vez nuestros ojos se acostumbraron tanto Syao como yo quedamos asombrados.
Al salir del túnel de árboles frente a nosotros vimos un hermoso valle lleno de un majestuoso verde, con enormes jardines florales y cataratas de aguas cristalinas que surtían de agua al árbol y a los cultivos que tenían los elfos alrededor de sus raíces.
—No los puedo acercar más, estas tierras de los elfos son sagradas para ellos y si alguien sin su permiso entra en sus tierras son capaces de incluso iniciar una guerra —nos dijo algo apenado.
Nos quedamos un poco más a admirar el enorme árbol de ese valle, era fácilmente el árbol más grande de todos. Junto a Syao nos sentamos un momento a contemplar el paisaje en lugar cubierto con un suave pasto verde, entonces luego de un rato el general nos avisó que ya era tiempo de volver. El general nos llevó de regreso, de una forma bastante rápida a la ciudad principal, antes de entrar nos pidió que nos bajemos de su lomo y nos puso unas vendas en los ojos, puso su mano en mi espalda y me ayudo a caminar, luego de dar unos cuantos pasos nos detuvimos y escuchamos como la gente se reunía a nuestro alrededor.
—Mis señores, por favor quítense las vendas —nos pidió amablemente el general.
Bajé lentamente mi venda y el lugar estaba lleno de puestos de feria de los ciudadanos. Igualmente, al fondo pude ver que habían armado un palco en el lugar donde nos paramos a saludarlos en el ayuntamiento. En todas las calles había luces que pasaban de techo a techo haciendo un túnel de luces.
Me brillaron los ojos al ver que organizaron todo este festival por nosotros, y que resultó siendo algo tan hermoso. Estaba decidida, quería ver todos los puestos sin dejar ninguno sin visitar.
—Diviértanse mis señores, cada puesto fue organizado para ustedes —nos dijo muy amablemente un hada que se acercó a ofrecernos una probada de una miel orgánica que producía.
Syao y yo probamos ambos una cuchara de su miel y era deliciosa. Al final acabé pidiéndole dos botes de esa deliciosa miel. Visto que los productos producidos en primavera eran de tan buena calidad me convencí aún más de visitar cada uno de los puestos junto a Syao y así probar más cosas así de deliciosas.
—Adara, divirtámonos juntos esta semana —me dijo Syaoran con una sonrisa mientras me daba la mano.
El resto de los días de la semana lo pasamos juntos de la mejor forma posible, la feria duró casi toda la semana y nos divertimos un montón interactuando con los habitantes, probando sus productos y dándoles algunas ideas de productos nuevos o cómo venderlos mejor.
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Kotoshi no Kisetsu: Las estaciones del año
FantasyUn mal antiguo despertó antes de lo previsto. En un nuevo mundo, un mundo en el que los mitos son realmente historias. Registros históricos demuestran que los héroes son reales, y ahora, con todos los pronósticos fallidos y tensión en el aire surgie...