4: Hasta la siguiente batalla

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**(Narra Shishieru)**

—Lo que tienes, no lo usas como un don —grité aterrizando bruscamente en el piso

—Las ilusiones ingenuas de papi son solo eso... ¡Mi objetivo más grande es destruirlos a ti y a tu mundo! —gritó lanzándose a atacarme.

—Ustedes encárguense de los otros, yo me ocuparé de ella —ordené a los demás.

Todos nos lanzamos a atacar, a excepción de la chica de primavera que aparentemente no tenía poderes ofensivos. Viéndola de reojo un segundo, me distraje un segundo e Izabera me atravesó la pierna con una de sus lazas y me estampó contra un muro.

—No creo que papi te haya enseñado a quitarles la mirada a los enemigos ¿verdad niña? —me intentó fastidiar poniendo su boca al lado de mi oreja.

—¡Prácticamente, no me enseñó nada! —le grité empujándola.

Lancé un corte con mi Katana, el cual logró contrarrestar con un ataque de su lanza.

—¿Eso es todo? ¿Crees que con solo eso podrás derrotarme? —preguntó antes de golpearme en el estómago con el asta de su lanza.

El golpe fue fuerte, cuando su lanza entró en contacto con mi estómago el muro detrás de mi se hundió formando un cráter. Sentí que luego de semejante golpe podría perder el conocimiento en cualquier momento.

—Ni se te ocurra desmayarte solo con eso, aún no acabo contigo —dijo mientras ponía su mano alrededor de mi cuello.

Se impulsó al aire mientras me ahorcaba y se detuvo estando lejos incluso de las nubes.

—Aquí arriba prácticamente no hay oxígeno, ¿lo sientes verdad?, entre que te ahorco y lo frío del aire te cuesta lograr meter oxígeno a tus pulmones —se burló de mí cuando ya estaba a punto de asfixiarme. —Nos vemos niña, fue divertido mientras duró, pero no pudiste resistir.

Luego de decirme eso generó rápidamente una esfera hueca de hielo en la punta de su lanza y cuando la puso en contacto con mi pecho salí disparada en sentido contrario con una increíble velocidad. No tenía ni idea de cómo podía seguir teniendo los ojos abiertos, pero en breves no los tendría. De repente se escuchó una explosión sónica y sentí que alguien me agarraba.

Moví un poco mi cabeza para ver quien era, pero no logré reconocer quien era hasta que escuché su voz.

—Demonios, en serio es fuerte. ¿Sigues despierta Shi?, ¿crees que puedas resistir unos minutos? —me preguntó Akira teniéndome en brazos.

—¿Qué haces aquí? Te dije que yo me encargaría —le dije apenas sacando las palabras de mi boca.

Miré hacia arriba y pude ver como un montón de témpanos de hielo gigantes se dirigían hacia nosotros. Akira generó un muro de aire enorme que destrozó los témpanos cuando colisionaron.

—Tenemos que detenernos y luego volver a tierra rápido, si me sigues agarrando no podrás defenderte de ataques más poderosos.

—Shi, lo estoy intentando, pero no puedo desacelerar, no sé qué hizo tu hermana, pero no logro bajar nuestra velocidad —me dijo Akira poniendo una cara de esfuerzo que nunca se le ve.

¿Será que estoy gorda?...

Atravesamos las nubes y nos comenzamos a acercar peligrosamente rápido al suelo.

—Ahora con más aire talvez pueda hacer algo, pero en caso de que no... —dijo antes de cambiar de posición y ponerse debajo de mí para amortiguar la caída.

Kotoshi no Kisetsu: Las estaciones del añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora