CAPITULO 21

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Holaa, lamento la tardanza.

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- ¿Tú, aquí? - Becky enarcó una ceja, no pudo evitar sonreír al ver a Billy sobre el marco de la puerta. Tenía una caja de Donas en la mano izquierda y también sonreía ligeramente. - por Dios, es un milagro.

- Se ve que me extrañas. - Billy cerró la puerta tras él y rodeó la cintura de Becky con el brazo derecho, cargándola y haciendo que esta deje de tocar el piso. - ¿Cómo estás? - le preguntó juntando su boca contra su oreja. Becky lo abrazó con la misma intensidad.

- Bien. - mintió ella, con un hilo de voz.

- Sí, eso parece. - respondió Billy, siendo irónico. Puso a Becky sobre el suelo una vez más y estiró sus brazos con la caja de donas. - ¿tienes hambre?

- Demasiada. - Becky tomo la caja de donas y la puso sobre la mesa de centro. - Entra, estoy bañando a Elisabeth. - le dijo ella y pronto había desaparecido de la sala. ¿por casualidad sabes dónde está Freen? - gritó Becky desde el baño.

Billy tragó saliva. Si estaba en su departamento a altas horas de la mañana era por pedido de Freen, quería que no supiera nada sobre lo de Tentation y el homicidio contra su madre.

- Uhm... sí, pero... es raro. - contestó ella, mientras tomaba una toalla del cajón más grande de la repisa. Envolvió a Elisabeth con ella y la sacó de la bañera. La pequeña se enredó en el cuello de su madre, llenándola de gotitas de agua y ambas salieron al exterior.

Y Billy sonrió al verlas juntas. Era inexplicable todo lo que ellas podían hacerle sentir. Sin bien era cierto, ya no estaba enamorado de Becky pero nunca dejaría de quererla tanto como lo hacía. Y mucho menos a Elisabeth, que le importó desde el primer momento en el que la vio tan pequeña. Ahora tenía tres años, estaba más hermosa que nunca y empezaba a parecerse seriamente a Becky.

- ¿Me la das unos minutos? - Billy estiró los brazos hacia Elisabeth, que dijo su nombre en voz alta cuando lo vio. Se dejó cargar por él y le besó la mejilla derecha, mientras este se derretía por tenerla en sus brazos. Eran tan dulce e inocente. - Hola, nena. - le saludó él. Su voz se ablandó en el acto y abrazó a Elisabeth con ternura, sin importar que en unos minutos pudiera terminar lleno de gotas de agua. Subió la mirada y observó a Becky, ahora con el móvil en la mano derecha y puesto sobre su oído. Tenía una expresión de preocupación que se podía notar con exactitud al primer contacto.
La escuchó quejarse, llamando una y otra vez a la persona que sabía que era la única que podía tenerla así de inquieta.

- Hey, ya vendrá. - trató de calmarla Billy.

- Es solo que... ni siquiera me ha dicho que saldría tan temprano.

- Cosas de Freen.

- Oh... ahora ustedes dos se han vuelto muy amigos de nuevo ¿no? - Becky enarcó una ceja.

- Quizá.

- ¿Estás cubriéndola, o algo parecido? ¿Hay algo que yo no sé?

Billy frunció el ceño, haciendo su mayor esfuerzo por parecer sorprendiendo y hasta incluso bastante ofendido. Su amiga era malditamente astuta.

- Te conozco..

- Nena, todo está bien. Eres tú que estás tomando esto demasiado personal.

Y él podía tener razón en cierta parte. Tal vez era solo ella y aquellas nuevas emociones y sentimientos fuertes, que empezaban a aparecer en su interior y fuera de ella. Últimamente solo estaba preocupada, llorando o inquieta por algo. Podía culpar todo aquello a lo que había sucedido recientemente con su madre, pero en realidad, es que ella conocía la verdadera razón.

- Vale, como digas. - Becky bajó los hombros, rindiéndose. Dejó el móvil sobre la mesa y pasó a tomar la caja de donas. - ¿Cómo estás? - le preguntó Becky de pronto.

- Vaya, pensé que no lo preguntarías.

Ella no pudo evitar reírse en su sitio. Dio una mordida grande a la dona cubierta de chocolate y sacó otra con la misma cobertura para dársela a Eli.

- ¿Y bien? - volvió a preguntar Becky.

- Como siempre. - contestó. Pero sabía muy bien que esas palabras jamás podrían resumir todo por lo que estaba pasando. Pensaba tal vez si aquel era el mejor momento para contárselo y ver su reacción. Se pondría... ¿celosa o algo así? No sabía por qué seguía teniendo aquellos pensamientos.

- Freen me ha contado cosas. - Becky enarcó una ceja y una sonrisa divertida y coqueta apareció en sus labios.

- ¿Qué te ha dicho esa hijo de...

- ¡Billy! - gritó Becky señalando a Elisabeth con la mirada. La niña solo se volteó a mirar a Billy y ambos no pudieron evitar reírse.

- Dramática.

- ¿Entonces no vas a contarme nada?

- ¿Sobre qué?

- Tienes algo con una mujer ¿verdad? Puedo verlo en tus ojos,Billy. - Becky alineó los ojos, bridándole a Billy una mirada llena de ternura. Era preciosa, y él jamás dejaría de notarlo.

- Joder. - se quejó él de pronto y aparentemente sin ninguna razón. - Elisabeth se está empezando a parecer a ti. - dijo mirando a la niña, que de inmediato miró a Becky y sonrió al hacerlo.

- ¿Por qué te quejas? - Becky  hundió el rostro.

- Es que va a estar buena cuando esté grande.

- Eres un idiota.

-¡Becky! - gritó Billy, abriendo los ojos. - No hables así frente a tu hija.

Ella puso los ojos en blanco, terminó de comerse el último bocado de su dona y sacó otra más, para ponerla en la boca de Billy que pedía una a gritos. Y aquellos segundos fueron suficiente para darse cuenta de que esta jodidamente confundido. La mujer que tenía al frente, dándole de comer, no era solamente su mejor amiga... o al menos él nunca dejaría de verla como algo más. Evitaba a toda costa tener algún contacto físico con Becky porque sabía cómo es que su cuerpo reaccionaría. Era capaz de aplicar la fuerza que había adquirido durante años para tomar a Becky y tumbarla en algún lugar, para así demostrarle todo lo que todavía seguía vivo en él. Sin embargo Irin también empezaba a quitarle el sueño. También empezaba a inquietarlo muchísimo...

Vio a Becky ir a la cocina y ponerse en puntillas para guardar las caja de donas. Y sus ojos se perdieron en toda la anatomía de la mujer que algún momento había podido ser su chica. ¿Cuándo demonios lo superaría del todo? ¡Se acabó Billy! Ella está con Freen, ¡Joder, tienen una hija! Están mejor que nunca y solo porque un tipo como tú no puede aceptarlo, las cosas no cambiaran. Se acabó... a veces solo necesitaba entender que las cosas no siempre salían como quería.

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TENTATION 4- FreenBecky G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora