TENTATION 4- FreenBecky G!p

CAPITULO 28

Holaaa

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Freen introdujo las llaves del departamento en la cerradura. Traía una caja de Pizza hawaiana, la preferida de Elisabeth, y esa había sido la razón de su demora. Entró y notó que las luces de la cocina se encontraban encendidas, al igual que las luces de su habitación. Se dirigió al primer ambiente para asegurarse de que Becky estuviera dentro. Y... efectivamente lo estaba.

Sus ojos estaban irritados y tenía ceño fruncido. Estaba llorando y lo había estado haciendo durante los últimos minutos. Reconocía muy bien aquella mirada y hasta podía escuchar esas palabras que todavía no dejaba salir. Alarmada, dejó la caja de pizza sobre la encimera de la cocina y corrió hasta donde estaba Becky. Intentó colocar sus manos sobre los hombros de ella, pero esta se apartó.

- ¿Por qué lloras? - le preguntó preocupada.

- Te han dejado una nota. - Becky ladeó la cabeza, tirándole el papel por sobre el pecho. Al hacerlo, caminó lejos de Freen para poder estar fuera de su alcance.

Freen frunció el ceño, sin entender nada, observó que en la encimera de la cocina también estaba su billetera. Aquella que pensó que había perdido. Abrió el papel doblado por la mitad y ligeramente mojado por lo que ella suponía eran las lágrimas de Becky. Con el ceño fruncido y la mente blanco, leyó todo en silencio. Y su semblante iba cambiando de estado a medida que las letras iban creando palabras. Oh Mierda... esto no podía estar sucediéndole. Su piel se enfrió y cerró los ojos al terminar de leer aquella nota. Ni siquiera tuvo fuerzas como para mirar a Becky. Porque aunque ella sabía muy bien que anoche no había sucedido nada con aquella mujer, no estaba seguro de si Becky podía creer eso... y menos, viéndola llorar como lo estaba haciendo.

- Quería hablar contigo personalmente. - balbuceó. Freen cerró los ojos, arrugando el papel entre sus manos. - Aunque creo que en esa nota te ha dicho todo.

- Becky déjame expli...

- Sí, vamos. Explícamelo todo como siempre lo haces. - le dijo abriendo los brazos. - He escuchado tus malditas explicaciones por durante tanto tiempo que ahora no me sorprende en lo absoluto que quieras arreglarlo todo con tan solo palabras.

- Por favor... - suplicó Freen Su voz se debilitó al sentir las palabras que Becky acababa de decirle. - Nena... créeme yo...

- Eres una idiota. - las mejillas de ellas volvieron a humedecerse rápidamente. Estaba llorando tanto... - Eres una idiota. - se cubrió el rostro con ambas manos, sollozando con fuerza ahora que sabía que ella no podía mirarla. Pero Freen no se quedó en su lugar, caminó a pasos rápidos hasta llegar a estar frente a Becky. Hasta llegar a escuchar su respiración agitada y sus sollozos, todavía más intensamente. Y mierda, cuanto dolía. Cuanto detestaba verla así. Sin desearlo había cerrados ambos puños. Deseando tanto no hacerle el daño que siempre le hacía. Era tan estúpida, tan imperfecta. Justo lo que Becky no merecía, estaba reflejada en cada uno de sus actos. Estaba reflejada en ella.

- Becc. - susurró ella, mirándola llorar. Tragó saliva y se llenó de fuerza para poder seguir hablándole. - Mi amor, solo escúchame. - le pidió suplicante. Jamás había sentido el miedo expresarse tan bien como en aquel momento.
Estaba tan asustada... - estaba jodidamente borracha, pero puedo asegurarte que no pasó nada entre esa mujer y yo. - le explicó. Se atrevió a subir ambas manos y acaricias los hombros de Becky con los dedos. Ella no la detuvo. Ella no hizo nada para hacer que Freen no la tocara. Ella ni siquiera la miró, o dejó de llorar, solo se mantuvo quieta. - Soy capaz de muchas cosas Becc, pero jamás te engañaría con otra mujer. - suplicó, hablando son seriedad. Estaba diciendo las palabras que jamás había pensado vocalizar en algún momento de su vida. - Rebecca... - le llamó una vez más. Pero Becky todavía seguía con el rostro cubierto, sin decirle nada. Y Freen no sabía si aquella era una buena señal o tan solo lo estaba empeorando todo. - Por favor, dime algo. - le rogó desesperada. Maldición, sus ojos habían empezado a humedecerse por la sensación amarga que sentía por hacerle daño una vez más. Se supone que era Freen quién debía hacerla feliz, quién debía dárselo todo... quién debía amarla más que nadie en el mundo, pero en su historia era también la persona que más le había hecho sufrir. - Háblame... Mi amor háblame por favor... - con los nervios a flor de piel, tomo ambos brazos de Becky, obligándola a quitar ambas manos de su rostro.