CAPITULO 27

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Holaa, cómo están?

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- ¿Quieres una cerveza? - le ofreció Nam.

- No. - respondió Freen, exhalando el humo del cigarro.

- ¿Tampoco tomas ahora?

- ¿Podrías cerrar la maldita boca por una vez en tu vida? - le preguntó Freen, dando rienda suelta a su irritación. Miró a Nam callándola con la mirada. Aquellos ojos miel se volvieron helados y sus jadeos se volvieron mucho más pesados que antes. Su mano izquierda se hizo un puño.

Las dos personas que estaban dentro del departamento además de Freen, se quedaron callados.

- ¿Qué mierda te sucede? - le cuestionó Nam.

Freen se dio vuelta, tratando de relajarse. Aunque sabía muy bien que lo único que podría relajarla ahora era fumar un poco más.

- Quieren asesinarme. - empezó Freen. - La niñera de Elisabeth ha recibido llamadas amenazantes toda la maldita mañana y le han dicho que quieren matarme. - se dio media vuelta y tiró el cigarrillo al suelo. - Saben muy bien que aquello me tiene sin cuidado, pero esto no es como hace unos años. - cerró los ojos lentamente, respirando con cuidado. Cuando abrió los ojos, tuvo que hundir la mirada en el suelo para no delatar sus sentimientos. - Esta vez no estoy sola. - susurró. - Tengo una familia. - dijo en voz alta.

- No va a pasarles nada. - Billy alzó la mirada hacia Freen.

- Tú no puedes tener el control de lo que ellos puedan hacer. - le contestó esta.

- Lo hice hace algunos años, puedo hacerlo ahora.

Los tres se quedaron callados.

- ¿Estás seguro de que Tentation tiene que ver en esto? - preguntó Nam, en medio de los dos.

- Con lo que me ha dicho mi madre tuve suficiente como para entender que se trata de ellos. Freen subió la mirada, deteniéndola en Billy, que tenía cierto aire de autosuficiencia por lo que acababa de decirle a Freen.

- Deberías sacarlas de ese departamento cuanto antes. - sugirió Billy. Pero el tono de su voz no parecía ser el de un simple consejo. Denotaba más bien querer tener el control.

- Crees saberlo todo, ¿verdad? - Freen ladeó la cabeza. Empezaba a molestarme internamente la actitud de Billy.

- Solo quiero ayudar. Así como lo hice cuando tú no estabas.

- Ahora estoy aquí y te puedo asegurar que no necesitamos de tu ayuda.

- Tal vez tú no... - Billy se acercó a pasos lentos, disminuyendo la distancia y aumentando la adrenalina de sus palabras. No sabía muy bien si quería herirla o tan solo quería ayudar como tanto le decía. - Pero Rebecca y Elisabeth sí me necesitan.

Freen soltó una media sonrisa, burlándose con la mirada de las palabras de Billy.

- ¿Así que quieres hacerte el héroe una vez más?

- Solo quería hacerte recordar quién las protegió cuando tú estabas revolcándote con una maldita puta.

Freen volvió a ladear la cabeza. Tal vez sí había llegado al departamento de Billy por un poco de ayuda de su parte, pero ahora mismo solo deseaba partirle el rostro. Golpearlo tanto como para hacerle olvidar todo lo que le había dicho. Sus ojos denotaban ira, tanto como los de Freen. Quería hundirla con palabras que eran ciertas y que Freen jamás terminaría de superar. Tenía razón, él sí había estado cuando Freen no sabía si quiera de la existencia de Elisabeth... y aunque todo eso parecía pasado, las heridas seguían en carne viva, esperando por un poco de perdón. Ellos dos nunca terminarían bien del todo, siempre habría algo que terminaría haciéndolos herirse el uno con el otro.

TENTATION 4- FreenBecky G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora