CAPITULO 32

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Holaa, se que es mucho drama jaja pero ya estamos próximos a finalizar la historia.

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"Y según avance el tiempo, recuérdame. Recuerda todo lo que hemos llegado a ser. Te he visto llorar, te he visto sonreír. Te he mirado mientras dormías. Me encantaría ser el padre de tus hijos. Estaría toda la vida contigo. Conozco tus miedos y sé que eres mía. Tuvimos nuestras dudas, pero ahora estamos aquí... Good bye my lover, good bye my friend, you have been the one... you have been the one for me" - Good bye my lover/James Blunt.

Esa noche Becky se fue.

No queda nada en los cajones. Ni un rastro de que ella estuvo aquí. De la misma manera se ha ido con ella, con Elisabeth, llevándoselo todo una vez más. Y ahora mismo no queda nada más que una tonta, observando la habitación vacía en medio de la madrugada, en medio de una lluvia fuerte que puede con todo New York, que destroza todo New York.

Ni siquiera podía moverse, ni asimilar lo que acababa de suceder. Ni intentar entenderlo. Estaba desorientada. Con la mirada perdida hacia el horizonte. Se había perdido ella, y había perdido la batalla que había jurado no perder nunca. Las había perdido a las dos al mismo tiempo.

La maldita habitación no tardó en llenarse de humo. Y de llanto. Sollozos altos. Palabras fuertes que resonaban en cada una de las cuatro paredes. Y pensamientos vivos que le hacían daño. Y recuerdos que le hacían cicatrices imborrables. Ése era exactamente el poder que Rebecca Armstrong tenía sobre ella. Su primer amor. Su único amor. Ésa noche le había abandonado una vez más, pidiéndole por favor que no la siguiera cuando ella diera la espalda. Que por favor le entendiera, que debía alejarse de ella para poder encontrar la tranquilidad que tanto deseaba. Y tenía razón. Y eso exactamente era lo que a Freen le destrozaba por dentro. Y es que había visto venir esto, antes de que ambas se conocieran. Se sabía de memoria el final que ambas tendrían, mucho antes de que ambas hicieran el amor. Y eso... era lo que más le dolía.

Ahora estaba malditamente rota. Sin ningún camino que seguir. Destruida. Las lágrimas se le habían acabado, y ahora su cabeza dolía después de haber gritado tanto. No sabía que pensar o a donde dirigir sus pensamientos después de ese momento. No tenía un motivo claro. No tenía nada claro. Era mucho peor que una niña perdida, y es que Freen lo era el doble porque nunca había podido ser una.

Su cabeza daba vueltas, debido a la cantidad de cigarrillos que había fumado y al ambiente pesado. Estaba mareada. Y al cerrar los ojos, podía ver con claridad el rostro de Becky con Elisabeth en los brazos. Repitiendo las mismas palabras que hace un rato la había destrozada tanto.

Y a pesar de que le había ofrecido una y mil soluciones, ella ya tenía una propia.

"Quizá alejarnos sea lo mejor"

Y lo era. Tal vez lo era. Pero que duro era aceptarlo.

"¿Qué quieres de mí"

Le había preguntado Freen, a punto de ponerse de rodillas. Su voz estaba ronca de haberle ofrecido tantas soluciones. Hasta una posible mudanza, otro cambio en ella mismo, lo que sea con tal de que estuviera con ella por el resto de su vida.

"Lo siento"... ella se disculpó una vez más, mirándole destruida. Mirándole llorar. Y aunque Lauren no pudiera entenderlo ahora, a ella también se le había venido el mundo abajo.

"Quédate, quédate por favor" rogó Lauren. Pero vamos, lo sabía muy bien, nada funcionaría después de haber escuchado que debía dejarlo.

Y era duro saber que ahora mismo no tenía a nadie.

Que cada persona en el mundo que había conocido, terminó alejada de ella de alguna manera. Era duro saber que era ella el problema. Que ella siempre había sido el problema. Que ella y su maldito pasado siempre estarían presentes. Pero ahora mismo no era un buen momento para restregarse a ella misma que las cosas hubieran sido mucho mejor en la vida de cualquiera, si ella jamás hubiera aparecido en sus vidas.

TENTATION 4- FreenBecky G!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora