Horas dolorosas

5 4 0
                                    

Dalie Conor

- ¿Llamaste a Verónica? - saque mi cabeza de entre mis manos y mire a la pelinegra

- Le pase un mensaje, de seguro a estas alturas debe haberlo visto - respondí sin fuerzas, cuando llegamos al hospital nos separaron de Nico, y por más que intente que me dejaran ser su medico no me dejaron, de eso hace tres horas y aún no daban ninguna noticia de el , me estaba desesperando

- ¡Chicas! - gire rápidamente mi cabeza ante aquel llamado, Verónica junto a los demás venían vistiendo ropa casual y algunos traían aún sus piyamas, cuando llegaron a nosotras la mayor de todo se me lanzo encima en un fuerte abrazo donde las lagrimas volvieron a brotar de nuestros ojos

- ¿Qué fue exactamente lo que sucedió? - oí preguntar a Eduardo

- Nico y yo íbamos saliendo del súper cuando empezaron a llovernos balas, una de ellas impacto en su abdomen cuando intentaba protegerme, por suerte logre llevarnos hasta los almacenes y ahí nos ocultamos hasta que llego Lilith y nos ayudo a salir - conté alejándome de los  brazos de mi suegra

- ¿No estabas con ellos? - pregunto la mujer a mi lado adelantándose al chico, los demás la miraban en silencio esperando su respuesta

Resoplo virando los ojos - Estaba lidiando con la misma situación, solo que yo estaba en el estacionamiento -

- ¿Cómo lograste librarte de ellos? - pregunto esta vez la pelirroja viéndola seria, Lilith levanto ambas cejas y río sin gracia

- Como mismo abrí un carro sin tener las llaves - la miro - Usando la cabeza - respondió y ahí quedo el tema por terminado

.  .  .

El tiempo corría lento, muy lento, de la sala entraban y salían doctores y enfermeras pero ninguno se detenía para dar ninguna información sobre Nico, la situación comenzaba a ser desesperante, Alex y Mateo habían bajado a la cafetería a buscar café, Lilith había desaparecido al igual que Eduardo, solo quedábamos Emma, Dylan, Verónica y yo, ¿Y Brenda?, ella se había quedado en casa cuidando de los niños

- Se salvara, ya lo veras - asentí con una media sonrisa, justo esas palabras me llevaba diciendo a mi misma desde hace diez horas

.  .  .

Eduardo Adams

Cuando salí del baño, me dirigía hacia la sala de espera donde estaban los demás pero una voz conocida me hizo tener mis pasos

- I miss you too -  era Lilith hablando por teléfono

¿Desde cuando habla en ingles? - me pregunte a mi mismo mientras oía su conversación con la otra persona - Tal vez este hablando con su marido - me autoconvencí, planeaba irme ya que era una falta de respeto oír conversaciones ajenas, ¡pero vamos! soy chismoso desde niño

- I'II be back soon - le oí decir  - I promise - 

- En estos momentos me lamento no haber tomado ese curso de ingles - susurre regañandome 

- Okay I Love you -  colgó guardando el aparato de inmediato en los bolsillos de su pantalón, y como si de una muñeca poseída se tratase se volteo hacía mi viéndome con una mirada asesina 

Que recuerdos - dije para mis adentros  

- ¿No sabía que ahora te dedicabas a oír conversaciones ajenas? - se acerco a mi con los brazos cruzados; me detuve a mirarla por un momento, todo y nada había cambiado en ella, su cabello seguía del mismo color que años atrás aunque lo tenía un poco más largo, en su rostro se veía la madurez que obtuvo con los años , esa ropa deportiva aunque estuviera llena de sangre le quedaba muy bien a su curvilíneo cuerpo, sus ojos azules seguían igual de hermosos que antes pero había algo que no podía apreciar del todo, era como ¿odio? ¿rencor? al verme 

- ¿Te comió la lengua el ratón? - chasqueo sus dedos sacándome de mis pensamientos 

- Tenemos que hablar - la mire serio, quería hablar ahora, quería una explicación del por que se fue hace, y no pensaba dejar esta conversación para otro momento

- No, no vamos a hablar, nuestro amigo esta en una sala de operaciones luchando por su vida ¿y tu quieres que hablemos sobre lo que paso hace cuatro años? - me apunto con el dedo hacia el pecho dando golpesitos leves - No has cambiando nada - volteo dispuesta a irse pero rápidamente la detuve tomándola del brazo jalándola hacía mi pasando mi mano por detrás de su cintura

- Y tu sigues siendo esa chica que le huye a las conversaciones - susurre sobre sus labios, sintiendo su respiración caliente sobre los míos

- Te equivocas - susurro mientras me veía con esos profundos ojos azules - No estoy huyendo de ninguna conversación - sin darme tiempo de reaccionar me empujo haciéndome chocar contra la pared - Por que tu y yo no tenemos nada que conversar - su mirada oscura me calo hasta el ultimo hueso de mi ser y sin más se fue dejándome solo

.    .   .

Lilith Frost 

Olvidando el temblor de mis piernas llegue a la sala junto a los demás y me senté cerca de Verónica que estaba sentada en una esquina con un café en sus manos y con la mirada perdida en la pared

- ¿Cómo estas? - obvio que estaba mal, era su hijo el que recibió una bala y que se encontraba en aquella sala luchando por volver con su familia

- Mal - respondió sin mirarme - ¿Sabes? de todos los escenarios que me imagine en mi cabeza, nunca pensé que iba a terminar en un hospital con uno de mis hijos baleado  - lloro y rápidamente corrí a abrazarla - ¿Quien Lili?, ¿quien y por que no hace esto? -

- No lo se, pero debemos ser fuertes, algo en mi me dice que esto apenas comienza -

Y no mentía, sabía que algo malo estaba ocurriendo, y ver a Liam en aquel supermercado junto a los hombres que nos habían disparado me hizo confirmarlo, mi esposo esta metido en algo grande

.

.

.

¿No les da curiosidad saber con quién hablaba Lilith?

¿Qué fue lo malo que hizo Eduardo para que Lilith lo trate así? - ya lo veremos más adelante

Recuerda votar o comentar si te gusto este capítulo



























































































































































































































































































































































































































































































































































































































Vínculos que PerduranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora