Incendio

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Lilith Frost 

-Me gusta mucho dibujar igual que a mamá - sonrío de oreja a oreja - ¿Tienes hijos tía? - su pregunta me tomo por sorpresa, sonreí mientras lo tomaba de los brazos y lo sentaba en mi regazo

- Si - los ojitos del menor se abrieron en sorpresa

- ¿Como se llama?, ¿Por qué no vino con usted?, ¿Qué edad tiene? - pellizque la punta de su diminuta nariz ante tantas preguntas

- Se llama Maya, esta por cumplir cuatro años - abrió los ojos sorprendido al oír la edad - Si, es mayor que tu por un añito, pero - me acerco a su oído como si fuera a decirle un secreto - Pero eres mal alto que ella - suspiro relajando el ceño - Y no vino conmigo por que se quedo con un amigo - formo una {o} con su boquita y entrecerró los ojos viéndome

- ¿Tienes una foto?, quiero verla - encare una ceja

- ¿Acaso no confías en mi? - me lleve una mano el pecho haciendo drama y el río negando

- No es eso tía, solo quiero ver si es igual de hermosa que tu - deposito un beso en mi mejilla

- Eres un baboso igual que tu madre - negué y me puse de pie dejándolo sobre la cama - Espera un momento, iré abajo por mi teléfono, no tardo -

Baje las escaleras a toda prisa para ir por mi teléfono en la bolsa de Katherine, llegué a la sala y los encontré abriendo la puerta, al parecer saldrían 

- ¿A dónde van chicos? - le pregunte a la pareja que se estaba colocando sus abrigos

- Iremos a comprar helado ¿Quieres venir? - el castaño me miro y negué

- No gracias, me quedare con los niños, baje para coger mi teléfono en el bolso de Katherine - señale al bolso de la chica en su hombro y ella rápidamente lo saco y me lo tendió - Gracias - agradecí y me encamine al segundo piso cuando oí a Alex hablarme

- Si necesitas algo, Brenda esta en su habitación con Carlitos y Hugo, lo esta cuidando por nosotros -levante mi dedo pulgar para hacerle saber que lo oí

- Eduardo también esta en casa - esta vez fue Katherine quien hablo, rodé los ojos sin dejar de caminar

Cuando llegué a la habitación el niño seguía en el mismo lugar donde lo deje, desbloquee mi celular y vi una llamada de Lian al igual que un mensaje en el buzón pero lo ignore, entre en galería y le mostré la foto mas reciente que tenia

- No es muy parecida a ti, solo tiene el mismo color de ojos que tu - reí, eso lo sabía muy bien, mi hija se parece mucho a su padre pero en versión femenina - Se parece mucho al tío Eduardo - rasque mi nuca y apague el aparato cuando el niño había visto suficiente

- Necesito que me prometas que no le dirás a nadie de esto, sera como un secreto entre ambos - levante mi meñique y el lo entrelazo con el mio

- Tranquila tía, no le diré a nadie, lo prometo - beso nuestros meñiques unidos

- Bueno niño, a la cama ya, es muy tarde - hizo un puchero y puso ojos tiernos - Conmigo no jovencito, a dormir - rendido se acostó y lo arrope con la cobija - Hasta mañana corazón - bese su frente al igual que la de la pequeña a su lado

-¿A donde iras? - pregunto bajito al ver que salia de la habitación luego de apagar la luz

- Voy a la cocina, ¿quien sabe? tal vez pelee otra vez con tu tío Eduardo - río y cerro sus ojitos cayendo en los brazos del morfeo

Baje a la cocina en busca de algo de comer, abrí el refri y no había nada más que ramen instantáneo - ¿Esta muy vació cierto? - pegue un brinco cuando cerré la puerta y vi a Eduardo a mi lado

Vínculos que PerduranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora