Lilith Frost
- ¿Me van a explicar por qué estaban gritando como unas locas escapadas del manicomio ? - pidió Dalie con sus dedos en el puente de su nariz mientras buscaba paciencia, habíamos corrido por toda la casa escapando de una molesta Dalie recién levantada de la cama, y todavía estaríamos corriendo sino fuera porque de Mateo y Nico nos sostuvieron
- No estábamos gritando, solo le pedía educadamente a Lilith que se tiñera el cabello de rojo - la mayor por meses hablo, inmediatamente me dí una cachetada mental y negué con la cabeza, ¿Cuál era la necesidad de volver a tener el pelo rojo?, el negro es más elegante y te hace lucir la piel más blanca
- ¿Así que no estaban gritando? - pregunto uniendo sus manos, colocándolas en sus rodillas cruzadas - ¿Entonces por qué las sentí pelear? - fuimos a responder pero una sola mirada de su parte nos hizo callar - Mi cuarto esta en el maldito tercer piso, sino estaban gritando entonces estoy loca -
- Vale, tal vez tengas razón, levantamos un poco el volumen, pero creíamos que todos estaban despierto, ambos debían estar despiertos desde las 9 y son las 10:30, es decir que están atrasados una hora con treinta minutos para ir al supermercado - levente la vista de mi reloj para encontrarme con nada más ni nada menos que la mirada asesina de Dalie - ¿Que?
- ¡No es mi culpa que mi querida hija decidiera levantarse a las tres de la mañana para regalarle a su mami un concierto de llantos! ¡Pero claro, que fácil es juzgar sin saber lo que se siente! - grito parándose de su asiento acercándose a mi
- Si, tal vez no se lo que siente cuidar a una bebé y peor aún, no se lo que se siente cuidar de ella en una madrugada sin nadie a mi lado cuando lo único que quiero es dormir - dije con un hilo de molestia en mis voz - No te estoy juzgando, nunca lo haría - me levanté del sofá pasando por su lado - Perdón por despertarte, yo haré la compra hoy - seguí mi camino hacía la cocina buscando la lista de las compras
. . .
- Esta es la lista - habló Verónica a mis espaldas, al parecer vio como me rompía el celebro buscando la maldita lista y decidió ayudarme
- Gracias - voltee y tome el papel que me tendía viendo lo que debía comprar
Son muchas cosas - pensé
- Lilith - llamó haciendo que levantara la vista de aquel trozo de papel - Sobre lo que dijo Dalie en la sala
- No te preocupes, ella no sabe nada, sabía que algo así pasaría - la interrumpí al ver hacia dónde quería llegar
- Entiendo - metió su mano en su bolsillo izquierdo buscando algo - Toma, son muchas cosas y estoy segura que no tienes auto, esto te ayudara a transportar las cosas más fácil - me regalo una sonrisa y se encamino hacia el otro lado de la cocina, seguro buscando que preparar para el desayuno
. . .
Narrador
El hombre mayor se dirigió a su escritorio desabrochando el botón de su elegante traje al sentarse cuidando de no arrugar lo en la acción - Mis hombres me han informado de que ayudaste a escapar a la perra que tienes como esposa ¿Es eso cierto, hijo? - preguntó mientras clavaba su intensa mirada oscura en el joven de cabellera rubia frente a él
- Es cierto, pero a tus hombres les falto información - respondió con un semblante y frío, casi igual a su padre
- Explícate - exigió, el joven camino hasta tomar asiento en una de las sillas frente al escritorio
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Vínculos que Perduran
Novela JuvenilEn los pasillos de la Universidad, diez almas se cruzaron, inicialmente como extraños, pero el destino tenía otros planes. Eran jóvenes, llenos de sueños y expectativas, y sus risas resonaban en los pasillos como melodías de esperanza. Sin embargo...