En ese día soleado en la ciudad de Musutafu, el aire estaba lleno de energía y anticipación mientras los estudiantes de la escuela U.A. se apresuraban de un lado a otro entre clases. El sol brillaba en lo alto, bañando los pasillos de la escuela con su cálido resplandor y haciendo que el ambiente fuera aún más vibrante y animado.
Kirishima Eijirou, con su característica actitud desafiante, atravesaba los pasillos con determinación. Su cabello rojo como el fuego ondeaba con cada paso, capturando la atención de aquellos que se cruzaban en su camino. Las miradas de admiración y respeto seguían sus movimientos, mientras que otros observaban con cautela, conscientes de la reputación de Kirishima como el chico malo de la escuela. Acompañado por sus amigos TetsuTetsu y Sero, observaba con un brillo travieso en sus ojos. La oportunidad de molestar a los novatos parecía irresistible para él.
-¡Miren esos idiotas!- dijo Eijirou con una risa burlona, señalando a un grupo de primer año que avanzaba tímidamente.
-Sí, parece que van a necesitar mucho más que suerte- añadió TetsuTetsu, cruzando los brazos con una sonrisa maliciosa.
Sero, siempre el más comedido, simplemente sonrió y dijo:
-Deberíamos mantenernos atentos. Nunca se sabe cuándo un idiotita podría cruzarse con nosotros.-
Mientras Eijirou y sus amigos se reían y bromeaban sobre los nuevos estudiantes, alguien bajaba las escaleras con prisa. El sonido de unos papeles deslizándose y el impacto de un choque inesperado interrumpió la conversación de Eijirou. Un estudiante de primer año había chocado con él, derramando sus papeles por el suelo.
-¡Maldición, ¿pero qué te pasa, idiota?!- exclamó Eijirou, girándose bruscamente. Su rostro estaba una mezcla de sorpresa y enfado.
El culpable del tropiezo era un joven rubio con ojos rojos intensos, pestañas largas y un aire de timidez que contrastaba con la actitud desafiante de Eijirou. Su expresión estaba marcada por una mezcla de miedo y arrepentimiento. Agachado, recogía frenéticamente los papeles mientras murmullos de disculpas salían de sus labios.
-¡Lo siento, lo siento mucho!- dijo el rubio, su voz temblando mientras intentaba recuperar el equilibrio y los papeles. -No era mi intención. Estoy un poco perdido... soy nuevo aquí.-
Eijirou, inicialmente furioso, se quedó atónito al observar de cerca al rubio. Su enojo se desvaneció lentamente, reemplazado por una intriga inesperada. La belleza del chico, junto con su evidente nerviosismo, despertó en Eijirou una curiosidad que no esperaba.
-¿Nuevo, eh?- dijo Eijirou con un tono que empezaba a suavizarse. Miró al rubio de arriba abajo. -¿Y cómo es que no te has enterado de que tienes que estar atento en esta escuela? No puedes simplemente chocar contra la gente como si nada.-
El rubio, con las mejillas enrojecidas, finalmente se levantó y miró a Eijirou con una mezcla de alivio y aprensión.
-De verdad, lo siento. Soy Katsuki Bakugou.- dijo, estirando una mano temblorosa para ofrecer un apretón, intentando mantener la calma. -Estoy buscando el salón de clases... ¿podrías indicármelo?-
Eijirou, sorprendiendo a sus amigos con su cambio de actitud, aceptó el apretón de mano. A pesar de su rudeza habitual, se dio cuenta de que el gesto era genuino y vulnerable.
-Mmm, no te preocupes, Katsuki. Te llevaré allí. No es que me importe mucho, pero no quiero que te sigas estrellando contra la gente.- Eijirou se cruzó de brazos, pero su tono era notablemente más suave. -Vamos, sigue mi camino.-
TetsuTetsu y Sero intercambiaron miradas de sorpresa, viendo cómo Eijirou ayudaba a Katsuki en lugar de burlarse de él. Mientras caminaban hacia el salón de clases, Eijirou empezó a hacer preguntas amables, intentando sacar algo más de información sobre el nuevo estudiante. Katsuki, aún nervioso, se relajaba un poco con cada palabra de Eijirou, encontrando consuelo en su inesperada amabilidad.
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Todo o Nada
RomanceLa preparatoria U.A. era conocida por ser también era el hogar de estudiantes muy peculiares. Entre ellos destacaban Bakugou Katsuki, un chico dulce, agradable y pacífico todo lo contrario a Kirishima Eijirou, el típico chico malo, grosero y atracti...