El sol apenas asomaba por el horizonte cuando Kirishima entró a la escuela, pero a diferencia de su habitual entrada enérgica, esa mañana parecía arrastrar los pies. Su cabello rojo, normalmente estilizado con esmero, estaba despeinado y sin vida, y su mirada carecía del brillo que solía acompañarlo. No había rastro del muchacho optimista y decidido que sus compañeros conocían; solo un joven atrapado en sus propios pensamientos oscuros.
El sonido de las puertas de los casilleros abriéndose y cerrándose a su alrededor pasaba desapercibido para él. No podía concentrarse en nada más que en la sensación de traición que le quemaba por dentro. Mientras avanzaba por el pasillo, veía los rostros familiares de sus compañeros de clase, todos ellos inmersos en su rutina matutina, ajenos a la tormenta interna que Kirishima estaba experimentando.
Finalmente llegó a su casillero. Colocó la mano en el metal frío, pero no hizo ningún movimiento para abrirlo. Simplemente se quedó allí, la cabeza baja y los hombros encorvados, como si la energía necesaria para siquiera abrir la puerta del casillero fuera demasiado para él. Por un momento, consideró simplemente dar la vuelta y salir de la escuela, huir de todo. Pero sabía que eso no resolvería nada. Sus problemas seguirían ahí, persiguiéndolo.
-¡Eijirou! - La voz de Sero lo sacó de sus pensamientos. Giró la cabeza lentamente para encontrar a su amigo caminando hacia él con una expresión curiosa y un toque de preocupación en los ojos. -¡Oye, hombre! Estás muy raro hoy. ¿Qué pasó? ¿Te caíste de la cama o algo?.-
Sero estaba sonriendo, pero su sonrisa se desvaneció rápidamente al ver la expresión sombría en el rostro de Kirishima. Sero, que normalmente habría bromeado o hecho alguna tontería para animar a su amigo, se detuvo en seco. Era evidente que algo estaba mal.
Kirishima gruñó en respuesta, su voz baja y ronca como si no hubiera hablado en horas. -Déjame en paz, Sero. No estoy de humor para tus mierdas hoy.-
Sero se detuvo, desconcertado por el tono de Kirishima. Nunca lo había visto tan enfadado y abatido al mismo tiempo. Intentó otra vez, con cautela. -Solo quería saber si estabas bien, hombre. No te ves como siempre, y todos están preocupados por ti.-
Kirishima apretó los puños, sus nudillos se volvieron blancos mientras luchaba por contener la ira y el dolor que lo invadían. -¿Que si estoy bien? —repitió con sarcasmo, lanzando una mirada furiosa hacia su amigo. -¿Te parece que estoy bien, Sero? Me cago en todo, no puedo soportar esta mierda ahora.-
En ese momento, Mina, Kaminari, y Tetsutetsu se acercaron. Mina fue la primera en hablar, su voz llena de preocupación. -Eijirou, ¿qué pasa? ¿Por qué estás tan…?.-
-No puedo con esto -interrumpió Kirishima, su voz se quebró ligeramente. -¡Todo es una mierda! Le di todo a alguien que no lo merece, ¿vale? ¡Todo mi maldito tiempo y esfuerzo, para nada!-
Tetsutetsu, que solía ser el más despreocupado del grupo, se puso serio de inmediato. Se adelantó y colocó una mano firme en el hombro de Kirishima. -Oye, hermano, lo siento. No sabía que estabas pasando por algo así. ¿Quién fue el idiota que te jodió? Dime y voy a…- Su voz se llenó de furia protectora.
-¡Eso no importa ahora! - exclamó Kirishima, apartando la mano de su amigo con brusquedad. -Nada de lo que digan va a arreglar esto. ¡Déjenme en paz!-
Mina dio un paso hacia atrás, sorprendida por la intensidad de la reacción de Kirishima. Ella siempre había visto a Eijirou como el más fuerte, el que siempre tenía una sonrisa y una palabra de aliento para todos. Verlo así, roto y enojado, la sacudió profundamente. -Eijirou, no tienes que pasar por esto solo, somos tus amigos...-
Kirishima la miró, su mirada llena de una mezcla de dolor y frustración. -¿Amigos? ¿Creen que pueden arreglar todo con sus palabras bonitas? ¡Esto no se soluciona así!- se dio la vuelta, su cuerpo tenso y tembloroso. -Solo necesito que me dejen en paz, al menos por un maldito día.-
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Todo o Nada
RomanceLa preparatoria U.A. era conocida por ser también era el hogar de estudiantes muy peculiares. Entre ellos destacaban Bakugou Katsuki, un chico dulce, agradable y pacífico todo lo contrario a Kirishima Eijirou, el típico chico malo, grosero y atracti...