Capítulo 12 : Un cuento mal contado

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Kirishima tamborileaba los dedos sobre la mesa, esperando con impaciencia a que llegaran los pedidos. Le gustaba salir, sí, y en realidad estaba disfrutando de la compañía de Rikuto. Era una chica simpática y dulce, y por alguna razón, él se sentía en confianza con ella. Pero siempre dejaba claro que solo eran amigos. No buscaba complicaciones ni malentendidos, especialmente porque, aunque las cosas no iban bien con Katsuki, seguía en una relación con él.

Rikuto, sentada frente a él, sonreía tímidamente mientras hojeaba el menú. -Creo que pediré un café con leche y una rebanada de pastel de chocolate... ¿tú qué vas a pedir, Eijirou?.- preguntó con su habitual tono suave, casi como si temiera molestarle.

Kirishima la miró y gruñó con una leve sonrisa -Voy a pedir lo de siempre, un café solo, fuerte como el maldito infierno. ¿Cómo te atreves a pedirme que cambie mi orden, eh?.-

Rikuto rió suavemente, sabiendo que Kirishima no lo decía en serio. -¡Claro, claro! Como si fueras a cambiarlo," respondió, su tono lleno de esa calidez y amabilidad que parecía envolverla todo el tiempo.-

Mientras esperaban, se sentaron cerca de una de las grandes ventanas del establecimiento. Kirishima echó un vistazo a la calle, observando a la gente pasar sin prestarles mucha atención, pero algo en su mente seguía resonando: la incomodidad de su relación con Katsuki, la tensión que había crecido entre ellos.

-Es extraño estar aquí.- murmuró Kirishima, casi como si hablara para sí mismo. -Solía venir a esta mierda de lugar con alguien... que prefiero no recordar ahora.-

Rikuto lo miró con comprensión, sin presionar para obtener más detalles. -Lo siento, Eijirou. No sabía que este lugar tenía... recuerdos para ti.- dijo con suavidad.

Kirishima sacudió la cabeza, restándole importancia. -No es tu culpa, Rikuto. A la mierda con los recuerdos. Estoy aquí contigo ahora, y eso es lo que importa, ¿vale?.-

Rikuto sonrió con más confianza esta vez, -Sí, lo que importa es el ahora.-

Mientras tanto, en una mesa al fondo, Izuku y Camie observaban la escena con atención. Izuku, con su melena rizada verde, frunció el ceño, incómodo con lo que estaba viendo. Sabía que Katsuki no era del tipo que aceptara bien este tipo de cosas.

-¿Qué crees que deberíamos hacer?.- preguntó, inseguro, mientras mantenía la vista en Kirishima y Rikuto. -Esto no se ve bien. Kirishima sigue saliendo con Kacchan, ¿no?.-

Camie, con su larga melena rubia, asintió, pero su mente ya estaba planeando algo. Sacó su teléfono discretamente y, mientras fingía revisar mensajes, enfocó la cámara hacia la mesa de Kirishima y Rikuto. Sin que ellos lo notaran, capturó una foto de los dos, sentados juntos, charlando y sonriendo.

-Creo que deberíamos decirle a Katsu.- dijo Camie con una media sonrisa, satisfecha con la foto. -No es que quiera meterme en la vida de los demás, pero esto... esto podría ser algo que Kacchan necesita saber.-

Izuku se quedó en silencio, debatiendo internamente. Por un lado, no quería causar problemas entre sus amigos, pero por otro, sabía que si Kacchan descubría esto por otro medio, las cosas podrían ponerse muy mal.

Finalmente, decidió confiar en Camie. -De acuerdo, pero deberíamos asegurarnos de no malinterpretar la situación. Tal vez solo están pasando el rato como amigos.-

Camie le lanzó una mirada que decía -No seas tan ingenuo.- pero no dijo nada más. Guardó el teléfono y se inclinó hacia Izuku. -Lo que sea, Deku. Pero más vale prevenir que lamentar, ¿verdad?.-

Izuku asintió lentamente, todavía preocupado, mientras los dos observaban a Kirishima y Rikuto, esperando el momento adecuado para intervenir, si es que era necesario.

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