𝐌𝐚𝐭í𝐚𝐬
—Mi mamá dijo que depende a cómo sea la forma de mi barriga sabremos el género de los bebés —camine enfrente de Santi, Fran y Juani.
—Yo siempre tuve el presentimiento que tendría una niña —Santi explico tomando té —Mientras que Agustín creía que sería niño.
Fran me miro —En mi caso nunca me preocupe por ello —sonrió —Recuerda que tienes dos bebés en la barriguita hay las mismas probabilidades que sean del mismo género o no —Fran siempre transmitía esa tranquilidad.
Juani se encogió en hombres —La verdad ni idea, nunca me he embarazado —todos reímos.
Acaricie mi barriga —El doctor dijo que los bebés no han dejado verse para saber su género —suspire —Enzo sugirió esperarnos al parto.
—Eso hicimos Esteban y yo —miro a sus bebés dormidos —Puede ser muy buena opción Mati.
Santi asintió —Quién lo diría, casi todos ya hemos tenido bebés —miro a Juani —Faltas tu Juani —señalo.
Juani nos miro con galletas en la boca. Casi todos los miércoles nos reuniamos en mi departamento, pero ahora que vivo junto a Enzo, es ahora en su casa.
—Yo seré el tío millonario que vive la vida loca hasta los cuarenta —reí al escuchar a Juani —Además, mis sobrinos nacerán en casi cinco meses —acarició mi vientre.
Asentí —Cuatro —indique —Me faltan pocas semanas para cumplir cinco meses —suspire —Ni siquiera hemos pensando en nombres, ni cómo será el parto.
Fran rió —Sea cual sea el parto, todos y todas queremos ahorcar a la persona que nos embarazo —aclaro riendo —Pobre de mi Esteban, fue demasiado insultado durante el parto de nuestros nenes.
—Con Agus paso lo mismo.
—Mi pobre Enzo a sido demasiado insultado durante todo mi embarazo, principalmente por mi bella ropa...
La tarde transcurrió en pasar tiempo con mis amigos, hasta que comenzó hacerse tarde y se tuvieron que ir.
Suspire mirándome en el espejo de la recamara, aun no podía creer que tenia dos bebés dentro de mi cuerpo, sentía felicidad y miedo.
—Hola mi amor —Enzo entró a la recamara sonriendo.
Fui rápidamente a abrazar a mi Enzo, quien rápidamente me correspondió dejandome besos en la frente —Te extrañe —susurro.
Sonreí —Y yo a ti.
Enzo me ayudo a tomar asiento sobre la cama —Mira lo que te traje —me entrego una pequeña bolsa.
Arquee una ceja y abrí la bolsa —Enzo... —mire a Enzo sorprendido.
—Un regalo para nuestros bebés —saco la pequeña ropita de color cremita —Sentí que el color crema es para mis nenes —beso mi vientre.
Chille —¿Todo bien?
Negue con la cabeza llorando —Extraño coger —llore.
Enzo abrió los ojos y rió —Amor, sabes que no podemos —acaricio mi mejilla.
—Por eso estoy llorando...
Se puso de rodillas besando mis labios y luego mi vientre —Creeme que yo también extraño hacerte mío nene, pero hay dos pequeños aquí —acarició mi vientre.
—Te culpo a ti —rió nuevamente.
Mire la ropita en mis manos y sonreí —¿Serán así de pequeñitos? —asintió sonriendo —Son hermosos amor.
