Absolutos somos, solo tú y yo: Parte 15

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Estaba con mi hermano Andrés en la casa, después de haber venido del cuartel de la guardia civil. 

— ¿Sabes? Independientemente de todo lo que hizo María en el último tiempo, no merecía ese final. — acaricié su espalda. — No fui un buen marido, Marta. Me casé sin estar enamorado de ella. Lo intenté... Pero no pude.

— El amor no es algo que se pueda comprar, ni pedir, y mucho menos exigir. — el asintió. — No se puede construir una relación así.—

Me acerqué a el, para abrazarnos segundos después. Escuchamos la puerta de la entrada, viendo como padre entraba a la sala. Nos levantamos.

— Que bien que estén aquí juntos. Quiero hablar algo muy importante con ustedes. 

— Yo no tengo nada que hablar con usted, padre. — dijo Andrés. — Por fin, poco a poco toda esta gran mentira caerá por su propio peso. — el frunció el ceño.—

— ¿De qué estás hablando, Andrés?

— Sabemos toda la verdad. — negó lentamente. — Y sabe perfectamente, de que verdad le estoy hablando. O más bien, de cada una de las verdades.—

— ¿Puedes dejarme a solas con el, Andrés? — toqué su hombro haciendo que me mirara. El asintió.—

— Te espero afuera. — asentí mientras lo veía irse.—

Padre se sentó despacio, para después mirarme. 

— Sabía que este día llegaría. — se quitó las gafas uno segundos, para después volvérselas a poner. — Imagino todo lo que estás pensando en este momento, Marta.—

— No. ¿Sabe qué, no? No se imagina todo lo que estoy pensando, ni todo lo que estoy sintiendo.

Me senté en frente de el.

— Nos mintió, padre. Y ahora mismo no estaría así, derrotado, si no se hubiera visto envuelto en esta situación sin alternativas. Solo le diré, que en este tiempo aprendí algunas cosas. Y tengo dos certezas... No son muchas. La primera es, que no quiero ninguna mentira más en mi vida. Y la segunda es, que estoy enamorada. — su rostro reflejó sorpresa. — Y de una persona, que si daría su vida por mi. Esa persona, se llama Fina Valero.—

Segundos después, empezó a negar con su rostro lentamente.

— Estoy enamorada de Fina, padre.

— No... Marta, no... — seguía negando.—

Levanté la mano. 

— No, padre. Conozco de sobra los argumentos que me va a dar. Pero Fina es mi amor. Y yo le voy a dar una oportunidad a este amor. — recorrí la sala con la vista. — Usted, con su gran vida. ¿Pero a qué precio? No voy a seguir sus pasos, porque no lo veo feliz. No creo a verlo visto realmente feliz. — me levanté dispuesta a irme, cuando habló.—

— No, Marta. Te estás equivocando... — seguía negando con su rostro. — No eres una invertida. No eres como Gervasio... No puede ser...—

— No voy a seguir escuchándole si va a faltarme el respeto a mi, o a Fina. — limpié una lágrima que caía de mi mejilla. — No sé que va a pasar en un futuro. — inspiré profundamente. — Pero por primera vez en mi vida, estoy haciendo lo que siento. Por primera vez en mi vida, estoy haciendo lo que me dice el corazón. 

Segundos después, di media vuelta para salir de la casa encontrarme con Andrés. Me recibió con un fuerte abrazo.


MAFIN (ONE SHOT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora