𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐚 𝐕𝐞𝐳 - 𝐀𝐥𝐯𝐚𝐫𝐨 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨

𝟎𝟏

Había vuelto a Bogotá, después de pasar dos largos años en un internado en Cali, mis padres me habían enviado debido a mi comportamiento pero gracias a unas llamadas de las monjas diciendo que no actuaba como si me gustaran los hombres mi padre inmediatamente fue por mi para llevarme a casa, lo que yo no sabía era que en casa me esperaba una pequeña noticia y sobre todo unos buenos amigos.

El viaje fue bastante largo pero logramos llegar a casa, se sentía tan bien y al mismo tiempo tan extraño estar parada en esa puerta, mi madre abrió dándome paso y guiándome hasta la sala donde estaba mi hermano y sus amigos me sentí tan feliz de verlos a todos ahí, con comida y un cartel que decía "Bienvenida a casa".

Salte a abrazar a mi hermano el cual me correspondió mientras todos gritaban para saludarme y preguntarme cómo me había ido estos dos años, cuando lo solté no tuve tiempo de responder a nada cuando cuatro largos brazos me rodearon para saludarme y abrazarme, Gustavo Pabon y Rodrigo Arbelaez, antes de irme ellos eran como mis mejores amigos pero sobre todo Gustavo, el era el único que sabía de mi gran flechazo por Álvaro Castro antes de irme. Hablando de el Rey de Roma se acercó empujando a los demás para abrazarme y fue en ese pequeño instante que me di cuenta de que a pesar de todo el tiempo que habíamos estado sin saber uno del otro yo aún me ponía nerviosa cada que el se acercaba a mi, nos quedamos mirándonos y sonriendo hasta que mi hermano interrumpió empujándolo hacia mi, el me abrazo y sentí las llamadas "mariposas en el estomago".

luego de estar un rato compartiendo comida y varias historias aburridas sobre mi vida en el internado, los amigos de mi hermano se fueron dando paso a una charla familiar en la cual todos me comentaron sobre lo que había pasado estos años, mi hermano contándome sobre la aburrida vida que según el, había tenido sin mi y mis padres hablando sobre que ahora yo iba a estudiar con el y que ya habían realizado todos los trámites y tenían mi uniforme así que tenía que descansar este fin de semana para que el lunes empezara la escuela.

El fin de semana se pasó volando, estuve organizando mis cosas en mi habitación y descansando tal y como me lo habían indicado mis padres, en el fondo sabía que lo único que quería era que llegara el lunes para volverlo a ver, me moría de los nervios de saber que ahora íbamos a estudiar en el mismo lugar, me levante temprano para arreglarme, no soy mucho de maquillarme porque nunca lo había tenido permitido pero en el fondo yo sabía que me encantaba hacerlo, me hice algo bastante natural para que mi padre no lo notara mucho y cuando por fin termine de vestirme baje a desayunar, Camilo me estaba esperando en la puerta cuando salí del baño porque me estaba cepillando.

Íbamos camino a la escuela cuando nos encontramos con Gustavo, se acercó a nosotros y me abrazo por los hombros hasta que llegamos al colegio, para mi mala suerte me tuve que separar de ellos e ir a la rectoría para que me dieran el horario y el salón, al llegar a rectoría solo pude notar una niña que estaba sentada al pareces también esperaba a la rectora, una vez nos dieron todo el horario y el salón la rectora no pudo acompañarnos hasta el salón en el cual al entrar solo pude notar esos ojos marrones que no me habían dejado concentrarme en nada durante el fin de semana