Había una resistencia extraña en Severus, que hasta su mismo cuerpo rechazaba y desconocía.
Desde muy temprano en su vida, se le enseñó que su vida no era igual de valiosa que las de los demás, que sus sueños e ilusiones estaban destinados a morir como el fuego entre cenizas. Que él había nacido débil, con un cuerpo delgado y frágil, facciones poco agraciadas y en una familia que se había roto mucho antes de su llegada. Él solo era una tragedia más dentro de un jarrón de muchas otras, un error cometido luego de una cadena de ellos, así que tener expectativas era como caer en medio del mar y luchar por no ahogarse, cuando sabes que nadie vendrá en tu rescate.
Porque Severus siempre tuvo seguridad de eso, él estaba solo, tan solo como una casa abandonada. Una casa de paredes mohosas y frágiles, con un techo que se caía a pedazos con cada soplo de viento helado. Él no tenía a más nadie que sus pensamientos, nada más que la voz de su subconsciente, que incluso, por momentos, también lo abandonaba.
Ni siquiera podía decir por completo que tenía a Lily, porque su amistad era buena y su compañía, reconfortante, pero al final del día, ella siempre se iba y escogía a personas por sobre él. No la culpaba, porque esperar otra cosa de ella sería egoísta y el egoísmo solo venía del sentimiento de tener derecho sobre algo, y Severus no tenía derecho de nada, él no era dueño de nada. Él la veía irse y escoger a los demás, la veía compartir con todos mientras él permanecía en la oscuridad, y creía que era lo correcto, porque una persona como él no podía pertenecer al mismo sol que Lily.
Severus no tenía muchas pertenencias, tampoco un lugar al cual pertenecer. Él solo conocía el frío y el vacío, la oscuridad y el dolor. De sus manos congeladas, de sus rodillas heridas, de su cuerpo amoratado, de su estomago vacío, de su cabeza llena de sueños rotos. Y de una resiliencia absurda.
Porque Severus Snape había nacido con tan poco, con tanta oscuridad y sufrimiento, que esperar una muerte silenciosa de su parte, no era un pensamiento disparatado. Todos tenían razones y planes para aquellos que no deseaban seguir con su vida, todos se opondrían a dejar a una persona morir y todos creían que la salvación era un derecho del que todos gozaban, pero Severus, él era una persona lo suficientemente indeseable como para que las personas pudiesen hacer la vista gorda sin remordimiento alguno. Nadie lo buscaría en un bosque frío y peligroso, tampoco lo salvarían de ahogarse en un lago congelado.
Nadie más que él mismo. Porque con sus manos rotas y ensangrentadas, Severus se aferraba a cada gota de vida que tenía, cada atisbo de luz y esperanza que se vislumbraba a través de sus pestañas negras. Él, quien no tenía razón para nacer, se negaba a morir, se negaba a dejar ir la única vida que tenía y que tanto lo había aporreado. Sus ojos eran oscuros y turbulentos, pero tan llenos de ilusiones, de una férrea esperanza que se ocultaba entre su negrura, de sueños con los que se entretenía a sí mismo y se empujaba poco a poco. Un paso a la vez, alguna veces eran tropezones, otros eran avances diminutos, pero jamás se detenía, ni retrocedía.
Severus no quería morir porque tenía el sueño de algún día salir al sol y encontrar paz en su luz. Él tenía la ilusión de una vida que no conocía, pero que no podía esperar por conocer. Él quería merecer un lugar en el mundo en que nació y quería probarse a sí mismo que quizá, no necesitaba otra vida para ser digno de vivir en ese mundo. Severus se aferraba porque siempre lo había hecho, se aferraba a mejores posibilidades, se aferraba a mejores experiencias, se aferraba a la vida con la que todos habían nacido. No le importaba si debía pelear por ella, si sus huesos se quebraban y debía repararlos él mismo, él no se dejaría morir hasta que tuviese la vida llena de colores y canciones que siempre quiso vivir.
De esa manera, Severus se aferró una vez más a vivir, y con una de sus manos sobre su corazón, abrió sus ojos ante la luz de la recién nacida mañana.
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bleeding snake - severus snape
Fanfictionuna flecha atravesó el pecho de severus, hiriéndolo de gravedad. ahora, su vida cuelga de las manos de una serpiente y tres leones. ; snupin (remusxseverus), snack (siriusxseverus), snames (jamesxseverus), snucius (luciusxseverus)