XI

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El sol se comenzaba a ocultar y Xavier no tenía un buen presentimiento, su capitán nunca demoraba tanto, dijo antes del anochecer y ya casi no había luz. Bianca lo observaba tenía tantas ganas de hablar y decir algo, o quizás solo quería hablar y suplicarle que la olvidara, solo que era imposible, el canto de una sirena te podía atrapar en un hechizo cayendo en un delirio de amor así como también te podría hacer olvidar; Bianca quería ser amada por Xavier solo que el chico no podía olvidar a una mujer así ella jamás le correspondiera. Esto mataba de dolor a la sirena y enloquecía al joven pirata.

-¿Por qué tardan tanto? ya deberían de estar aquí.

-¿Les habrá pasado algo?-Pericles comía sus uñas nervioso ante la idea de su tío y hermana devorados por algún caimán

-No creo, démosle más tiempo-echándole un vistazo al chico amarrado al mástil-¿qué haremos con él?

-Matarlo.

-Esa no es tu elección-Xavier hecho una mirada molesto a la sirena

-Dudo que Merlina lo quiera dejar vivo, nos atacó. Lo correcto sería matarlo-se cruzó de brazos

-Eso no lo decides tú-rechinó entre dientes

-Chicos.

-Ni tú, así que lo correcto sería aventarlo al mar y que se ahogue.

-Chicos.

-Cuando Merlina no esta la que da las órdenes soy yo

-Chicos

-No eres nadie para mandar...

-Chicos.

-¡¿Qué?!

Cinco cuerpos corrían apresurados al encuentro del barco, entre tropezones y brincos esquivando a los caimanes huían dispuestos a salvar sus vidas, el suelo retumbaba y algo gigante parecía venir detrás de ellos rompiendo árboles y palmeras, rugidos furiosos alientan a seguir corriendo.

-¡Kent, suelta las velas! ¡Ajax, eleva ancla!

Bianca corrió al timón comenzando a zarpar, noto como Xavier se aventuraba a arrojar sogas para ayudar a sus amigos.

-¡Corran chicos, no se detengan!

Merlina nunca antes había perdido a un hombre de su tripulación, solo que ahora venía alguien que no formaba parte de su tripulación, sino que formaba parte de su corazón; era su corazón y no quería perderlo. Llegando al barco los dos piratas subieron primero para ayudar a Xavier a subir a los demás siendo Lucas el tercero en subir y Enid la penúltima.

-¿Qué esperas? sube conmigo-tendió su mano para ser tomada

-Iré tras de ti.

Enid tenía miedo de perder a Merlina de vista, la pirata le sonrió para tranquilizarla tomando otra soga que le arrojó su tío subiendo justo en el momento donde el barco se adentro más al océano.

-¿Ese era un barco de la realeza? -Lucas noto las llamas que consumía el barco de sus enemigos.

-¿Qué ha pasado?

La respuesta de la capitán fue contestada al ver al chico en el mástil, echándole una mirada a Xavier y Bianca les pidió hablar más tarde.

-¿Tienen el mapa?-asintió a la pregunta de su hermano

-Ahora veremos a donde ir-Merlina destapó la mezuzá sacando su contenido y desenrollándolo-¡Pero que mierda!

Estaba en blanco, ningún escrito aunque el papel parecía ser viejo.

-Me estas diciendo que casi morí por un papel en blanco-Yoko estaba ofendida

-Es imposible, ese viejo caimán nos engañó.

-Lo hare estofado-Yoko tomó una espada caminando al borde del barco

-Tanaka, detente.-Con una mirada la japonesa sabía que Merlina le patearía el trasero si brincaba o mejor, la dejaría ser devorada si volvía.

-¿Ahora a dónde iremos?

-A la isla de Creta.

-Acaso iremos...

-Si, iremos por Weems.

+

Querida Merlina...

Han pasado apenas un año desde que marchaste, al fin hemos detenido las búsquedas resignados a tu muerte, mi pequeña Enid aun sigue destrozada; aun va a su lugar especial a dejarte cartas y llora por las noches hasta quedarse dormida, cada mañana antes de que el sol salga voy a ese viejo árbol y tomó la carta para algún día entregarla y que sepas que mi pequeña jamás te olvidara.

Se porque te fuiste, así como se que también estas cercas, no la puedes dejar ¿no es así? Quizás yo también sea tonto al escribirte cartas y después arrojártelas al mar. Solo quiero que sepas que lo siento y mientras esté en mis manos no dejaré que nuestra pequeña se case sin amor, ella merece ser amada. Merlina, ten cuidado y recupérate pronto.

+

-Me alegra que hubieras encontrado a tu hermana ¿Cómo se encuentra ella?

-Está débil, pero Kinbott ya se está encargando.

-Bien, porque ahora tenemos trabajo que hacer.

-¿Lo mataremos?

-No, esperaremos que despierte, tú y Xavier llevándolo abajo-el chico asintió-Ah y Kent revisa esa herida.

Enid se acercó al ver al chico marcharse, por un momento el silencio reino apreciando el cielo estrellado.

-¿Qué le harás a Tyler?

-Hasta ahora nada, lo dejaré tengo que pensar en otras cosas más importantes-su espalda crujió al enderezarse revelando lo cansado de su cuerpo-Por este día ya fueron muchas emociones.

-Ni que lo digas ¿caimanes que caminan a dos patas, en serio?

-Y no has visto nada-se recargo en el barandal-Quizás el mapa tiene algún hechizo o acertijo, trabajaré para resolverlo.

-Puedo ayudarte.

-Gracias, pero tú solo dedícate a cuidar a tu prometido-aunque no lo quisiera hacer notar le hervía la sangre a recordar ese hecho

-No soy una damisela en peligro, así que no me trates como una que estorba.

-Bien, entonces ayuda a Eugene a limpiar la cubierta, tiene que quedar reluciente al amanecer.

Sin más se dio media vuelta y se marchó dejándola con la boca abierta, le hecho un vistazo al chico quien le tendió una esponja y cubeta.  

-Sabes, no recuerdo nunca haberla visto sonreír, pero cuando te veía a ti su sonrisa era radiante-hablo Eugene

-¿De qué hablas? ¿cuando me veía?

-Una vez cada verano cruzamos los mares de Bretaña, ella te veía a la distancia.

Enid lo miro no creyendo esas palabras, ¿Merlina iba? eso significaba que siempre estuvo cercas de ella pero ¿por qué no volvió? ¿por qué decidió ser pirata? ¿acaso los piratas que la secuestraron la obligaron?


Aguas Dulces (Wenclair G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora