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Hogwarts pasaba por un momento de luto trás la repentina muerte del estudiante de Hufflepuff; Cedric Diggory y el presunto regreso de "El señor tenebroso".

Para muchos estudiantes estos eventos eran algo que no les afectaba o asustaba y preferían seguir con su vida diaria, tampoco es como si pudieran luchar ante algo no verídico. El grupo de Slytherin conformado por Draco Malfoy, Pansy Parkinson, Blaise Zabini, Theodore Nott, y en unas ocasiones; Crabbe y Goyle eran de esos estudiantes a los que les daba igual, guardaban respeto por la muerte de Diggory, pero no más que eso. Para ellos era un poco de lo mismo todos los años, a excepción de uno; Theodore Nott.

A inicios de 5° año Nott había comenzado a recibir cartas, era normal en Theodore recibir regalos, cartas y tener constantes declaraciones de amor por parte chicas, pero aquellas le llamaban más la atención por el simple hecho de que aparecían entre sus cosas, ya sea en sus libros, en su túnica e inclusive el bolsillo de su pantalón, le era raro pensar que jamás sentía cuando las ponían. Desde la segunda carta que apareció dentro de su zapato comenzó a fijarse en quienes se le acercaba, más que nada en las chicas pues cada carta era un poema de amor diferente, debía confesar que eran lindos los escritos, pero eso ya era perturbación a su cuerpo, quizá en una de esas una carta aparecería en su ropa interior, quien sabe.

Las cartas siempre le eran entregadas los jueves, la hora no la sabía pues siempre era hasta el final del día que las encontraba, ese momento en el cual se cambiaba el uniforme y arreglaba sus libros para las clases del día siguiente.

La sexta carta apareció sin él encontrarla, fue su amiga Parkinson quien le avisó que esta estaba pegada en su espalda.

-Veo que es muy creativa con los lugares. -Mencionó la pelinegra entre pequeñas risas, despegó la carta, sin siquiera dudarlo la abrió y dio pasos alejados de su amigo.- "𝘋𝘢𝘮𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘰 𝘺 𝘥𝘢𝘯𝘻𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴, 𝘥𝘢𝘮𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘰 𝘺 𝘮𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘳𝘢́𝘴..."

-¡Parkinson suelta eso ahora! -Habló con voz demandante Theodore al oírla leerlo.

-Si Pans, ya dáselo. -Blaise se acercó a Pansy y le quitó la carta, se acercó al pelinegro para dársela, pero rápido paso a lado de él alejándose también.- "𝘊𝘰́𝘮𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘢 𝘧𝘭𝘰𝘳 𝘴𝘦𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴, 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘧𝘭𝘰𝘳 𝘺..."

Blaise no terminó de leer ése verso pues Nott ya había sacado su varita para amenazarlo.

-Damela ahora, Zabini.

-Theo, solo están jugando, tampoco es para que te pongas de esa forma. -Se interpuso Draco quien se acercó a Blaise arrebatándole la carta y entregándola a Theodore. - Ya está, baja eso ahora.

El pelinegro tomó la carta dedicándole una última mirada a Draco antes de guardar en su túnica la carta junto a su varita y seguir de largo a la sala común evitando el gran comedor.

-¿Por qué se pone así? Solo es una carta entre las miles que le han dado. -Dijo Pansy confundida por la actitud de su amigo.

-No lo sé, nunca le han importado... -Fue cuestión de segundos para que Zabini cayera en cuenta de la situación. - ¡JA! Creo que Theodore Nott al fin cayó ante una chica.

-Le deseo toda la suerte a ella, con la personalidad mierda de Theo, dudo que quiera seguir con él.

-¿Por qué supones eso Draco? Tal vez sea la indicada para soportarlo. -Pansy soltó un suspiro y tomó a ambos chicos de los brazos. - No importa, hay que ir a cenar, luego hablamos con ese señor enojón.

Sin más que decir los tres Slytherin tomaron rumbo al gran comedor para cenar y de paso llevarle de comer a su amigo que posiblemente ya estaba encerrado en los dormitorios leyendo aquella carta.

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