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☾︎•°•════ஓ๑[25/12/1993]๑ஓ════•°•☽︎

Era la mañana de navidad, la nieve caía, el aire era frío y reconfortante. Los estudiantes y maestros de Hogwarts se encontraban reunidos en el gran comedor compartiendo entre risas cálidas y llenas de honestidad un momento sin los prejuicios de las respectivas casas. Siempre se ha dicho que la navidad tiene algo en su aire que lo vuelve más tranquilo.

Esa felicidad que desbordaba Hogwarts era clara que no todos la compartían, pero nada costaba unirse aún con la indiferencia de algunos, uno de ellos era Theodore Nott. Navidad no era una fecha especial para él, tampoco es que fuera horrenda, solo era un día más de los 365 que podía haber en el año, aunque debía confesar que era cierto que el gran comedor había algo lindo que lo hacía sentir bien, algo… Alguien.

-¡Hey! ¡Chicos! -Neville se dirigió a ambos Slytherin que se encontraban en la puerta viendo el panorama.- ¡Feliz navidad!

-Feliz navidad… ¿Qué traes ahí? -Preguntó Parkinson señalando a las manos del chico.-

-Son galletas… las preparé para ustedes, quería darles algo, pero creo que no tuve el tiempo para conseguir algo mejor. -Dijo dándoles a ambos dos pequeños jarros de galletas de diferentes sabores.- No sabía qué tipo les gustaba así que hice todas las que sabía hacer.

Tanto como Pansy y Theodore se quedaron callados viendo aquellas galletas, cada uno pensaba algo diferente, pero jurarían que sentían lo mismo; ternura.

-¡Ouh!... Gracias Neville, es muy lindo de tu parte, aunque no debías… -Habló algo nerviosa, sinceramente no sabía cómo reaccionar.
Para ella era raro recibir aquello siendo que Neville tenía los motivos suficientes para odiarla a ella y a Nott, pero aún así bastó con un día para que él les dedicará el tiempo en prepararles algo. ¿Era muy tonto o muy puro?

-Si, gracias. -Carraspeo la garganta Nott, sonrió levemente y se acercó a él para darle una pequeña caricia en el cabello.- Vamos a desayunar.

El día avanzaba con tranquilidad, estudiantes con sus regalos navideños, disfrutando de estar con sus amigos, hablando de cualquier experiencia del pasado y con el nuevo trío conversando bajo la nieve.

[...]

Poco a poco la luz del sol se iría bajando dando vista a la luna brillante, la nieve cayendo despacio, el viento frío golpeando los árboles y sus hojas cayendo, la oscuridad caía un poco y los estudiantes irían a sus habitaciones al terminar su cena.
La noche avanzaba lentamente, tranquila, como si el mundo no tuviera alguna otra preocupación más que seguir avanzando.

Thedore mantenía sus ojos cerrados entre la soledad de su habitación que compartía con sus compañeros, ausentes ahí y presentes con su familia, oía el reloj avanzar cada segundo, parecía que esa noche simplemente no podía dormir.
Unos toquidos se hicieron resonar, se levantó a abrir la puerta jurando que se trataba de Parkinson, pero ciertamente estaba feliz de que no fuera ella.

-Buenas noches Nott. -Sonrió ampliamente Neville.

-¿Longbottom? T-tú, ¿cómo entraste? -Theo lo tomó del brazo y lo jalo hasta dentro de su habitación, cerró la puerta y se giró para verlo.

-Parkinson me ayudó. -Soltó una pequeña risa como la de un niño acabando de hacer una travesura.

-¿Qué haces aquí?

-Vine por ti, vamos a caminar un rato, ¿si?

-¿Viniste solo a eso? Son casi las 12 de la madrugada, León, no sabes lo qué es dormir?

-No. ¿Vamos? Solo será unos minutos, andale, acepta, te juro que no tardaremos.

-Tss, bien, unos minutos y regresamos.

Ambos chicos salieron de las mazmorras después de que Theo se pusiera otras ropas para el frío, Neville caminaba sin dar ni una sola explicación… Que por cierto no era necesario viendo que el Slytherin los seguía sin rechistar el lugar. Siguieron caminando en un silencio pacifico hasta llegar al invernadero.

-Nott, cierra los ojos.

-¿Por? ¿Me vas a matar?

-¿Qué? No, no, tú solo cierra los ojos y confía en mí.

Theo soltó un suspiro y cerró los ojos sin más, sintió a Neville tomarlo de ambas manos y jalarlo levemente, caminaba despacio y con algo de temor, sentía como entraban al interior del invernadero, sentía como una mano le era soltada y seguido de ello el sonido de la puerta cerrando detrás de él, otra mano soltada y aún con los ojos cerrados notaba cómo aparecía una pequeña luz anaranjada.

-Ya puedes abrirlos. Feliz cumpleaños Nott.

Al abrirlos lo primero que vio fue al Gryffindor frente suyo y en sus manos había un pastel que por el olor juraba que no tenía mucho tiempo desde su preparación y que era de naranja, en el había exactamente 14 velas, el invernadero estaba decorado con hermosas flores blancas y velas que daban una iluminación baja, pero bella.

-A-h, cómo es que?... -Un calor recorrió las mejillas de Theo, su corazón comenzó a latir un poco más rápido e inconscientemente había una sonrisa en sus labios.

-Hm, secreto de estado. Ya es poco más de media noche, pide un deseo. -Neville acercó un poco más el pastel a su rostro.

Thedore no tenía algo que decir, su mente solo podía enfocarse en el momento y en el rostro lleno de felicidad de Neville tras aquellas velas. Lentamente cerró los ojos.

“Deseó que el tiempo se detenga justo ahora y para siempre”

Sopló las velas hasta apagarlas por completo.
Siguieron ahí comiendo del pastel preparado por Neville, conversaban y de vez en cuando reían sobre las cosas que decían, todo avanzaba tan lento, parecía que la luna les daba su luz para no dejarlos a oscuras, que el universo no paraba de unirnos y que el tiempo había dejado de trabajar para admirarlos, que la nieve caía con pereza para no molestarlos y el viento no sonaba para oír sus voces.
Sin saberlo, ambos estaban con la persona que querían, quizá en ese momento no de manera romántica, aún no sabían lo que era el amor, pero de saberlo apostarían que en ese momento había un poco de él.
Neville que ese año le había comenzado a interesar la forma tan tranquila de ser de Theo y Theo que en menos de dos meses se había obsesionado con tener una amistad con alguien tan contrario a él.

Ambos eran muy jóvenes para entender qué era eso que los llamaba del otro, pero cualquier cosa que fuera sentían que no era mala.
Esa noche fue una que no duró para toda la vida, pero fue una en la que verdaderamente se detuvo el tiempo.

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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