Son las pequeñas cosas [LawLu]

7. Solo un rápido reabastecimiento.

Resumen:

Después de un encuentro con el Almirante Kizaru, Luffy ha estado en reposo absoluto mientras se recupera de sus heridas. Eso significa que explorar nuevas islas es impensable para él. No mientras Law esté vigilando. Bajo ninguna circunstancia.

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Law levantó la vista desde donde estaba puliendo su colección de monedas cuando Penguin entró en su habitación, tratando de ser lo más silencioso posible.

—Capitán, hemos llegado.

—Bien —suspiró Law, hablando con la misma suavidad para no molestar a la persona que dormía profundamente en su cama. —No olvides que esto es solo una parada rápida para reabastecernos. Dile a los demás que únicamente cojan lo que necesitamos y que vuelvan enseguida. No estamos en condiciones de hacer una visita turística en este momento.

Law enfatizó sus últimas palabras lo más posible mientras mantenía su voz baja, cuidando especialmente de que su mirada fuera lo suficientemente amenazante como para transmitir el mensaje. Porque realmente, que cierto idiota en recuperación se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo era lo último que necesitaban en ese momento y la tripulación tenía que saberlo también y actuar en consecuencia.

Aun así, Penguin parecía profundamente decepcionado por sus órdenes, con sus hombros caídos mientras su sonrisa emocionada se desvanecía.

—Sí, Capitán. Entendido, nada de explorar la bonita isla.

—¿Isla?

Tanto Law como Penguin saltaron ante el grito repentino, seguido de un gemido de dolor cuando la persona en la cama de Law se incorporó en un intento de sentarse.

—Buen trabajo, Penguin —le siseó Law a su subordinado, lanzándole una mirada molesta. Al menos, Penguin tuvo la decencia de parecer avergonzado cuando se disculpó.

—¿Por qué no me despertaste? Mierda, duele —se quejó el paciente, y Law se dio la vuelta para fulminarlo con la mirada a él ahora.

Chasqueó la lengua al ver al chico luchando contra su cuerpo dolorido y la cantidad imposible de vendajes que dificultaban sus movimientos. Como debería ser, ya que los puntos debajo eran lo único que mantenía las entrañas de Luffy en su lugar.

—Mugiwara-ya, por última vez, casi mueres. Tú no vas a ningún lado.

—Pero Torao, ¡me arreglaste por completo! Estoy perfectamente bien para explorar —gimoteó Luffy, con un enorme puchero en los labios, justo cuando sus pies tocaron el suelo.

Law inmediatamente se levantó y caminó hacia la cama para empujarlo de nuevo a ella sin piedad.

—Si tus heridas se vuelven a abrir, juro que te mataré yo mismo. ¿Y si aparecieran los marines? Apenas puedes caminar, mucho menos correr o pelear.

—No me harías daño —afirmó Luffy con un tono lleno de certeza mientras le sacaba la lengua a Law como si estuviera tan seguro de que el Cirujano de la Muerte no se rebajaría al asesinato. O al menos, no se rebajaría a cortarle las piernas y esconderlas en algún lugar fuera de su alcance, incluso para el hombre de goma, como por ejemplo, en el fondo del océano. —Y puedes usar tu poder para sacarnos de ahí.

—Porque funcionó tan bien la última vez —intervino Penguin.

Sin decir nada, Law solo giró la cabeza para fulminar con la mirada a Penguin, dejando que sus ojos transmitieran la intención asesina que había provocado sus palabras. Los ojos de Penguin inmediatamente cayeron al suelo mientras el hombre retrocedía rápidamente fuera de la habitación, cerrando la puerta con cuidado detrás de él. Law suspiró. Estaba rodeado de idiotas.