Capitulo 2

384 32 3
                                    

>Gon<

Al momento de despertar, se incorporó inmediatamente en la cama mientras frotaba su ojo. - Killua vendrá a estas horas, cierto - Susurro para si levantándose de la cama aún soñoliento. Minutos después de pasar alistando su ropa bajó las escaleras con rapidez. En el hogar se podía oler el delicioso aroma de la comida que se encontraba preparando - Mito-san, Killua vendrá hoy, Iré al puerto - Dijo despidiéndose de sus mayores con una sonrisa. En camino al puerto de dirigió a la dulcería a comprar unos cuantos dulces para el albino para tomarlo por sorpresa.

Una vez en el puerto no podía distinguir a su amigo por la gran cantidad de multitud que se encontraba en el puerto - Rayos ¿donde esta? - Por su baja estatura no podía distinguir más haya de donde se encontraba. Tomo su celular y lo llamo mientras miraba a sus alrededores - Contesta Killua - Avanzó sin poner atención por donde iba dando un golpe de hombros

Después del golpe dio un "Perdón" después de un "Killua" sonrió al volver a ver a su compañero de aventuras y sus ojos retomaron un brillo que sólo el albino podía prender. Sin contenerse abrazo a su contrario después de no verlo durante un largo tiempo. - Me alegra verte, Killua - Se separó del albino ya que algo ocultaba a sus espaldas. - Muéstramelo - Miro el albino mientras se cruzaba de brazos esperando que le mostrará. Lentamente llevo su mano lastimada cerca del azabache, tan sólo esperaba que este digiera algo para poder irse.

Fijó su atención a la mano lastimada ajena, su mirada comenzó a volverse sería, preocupada y nerviosa - ¿Qué paso? Te dije que si tenías problemas no dudes en llamarme - Recordó las palabras que le había dicho por su teléfono sacando una idea errónea, noto como el albino desviaba la mirada como un hijo siendo regañado por su madre - Cuando - Dijo un tono serio, sabía a lo que se refería en tan sólo en una palabra.

- En el barco por la noche, la marea estaba muy agitada y una de las cajas aplasto mi mano - Dijo en bajó sin tener la valentía de mirar a su amigo.

- Vamos a casa, ahí podré curarte - Tomo la zurda ajena sin vergüenza alguna, las mejillas del albino comenzaban a retomar un color rojizo gente de los alrededores los miraba con sonrisas de oreja a oreja, uno que otro susurros se podía escuchar. - Gon estoy bien no tienes de que preocuparte - Dijo tratando de soltarse del agarre de su azabache la vergüenza se acumulaba en sus mejillas volviéndolas rojas.
- No te soltare - Dijo deteniéndose en seco para voltear hacia quedar en escasos centímetros de ambos cuerpos - No guardes tu dolor, se que te duele ya que es reciente - Acaricio un poco los cabellos blancos del contrario. - Mito-san debe de estar esperándonos - Nuevamente tomo su mano con un poco de fuerza para evitar que este se soltase de su agarre.

- Rayos, ¿Que es esto? Me siento muy raro, ¿Por que me siento así? Rayos - Pensó con la mirada baja, no podía soltarse ahora del agarre del azabache no tenía más de otra que acceder a sus acciones.

Acerca de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora