Es de noche en las Tierras del Río. Ned Stark se sienta solo en el bosque sobre una roca cubierta de musgo, los sonidos de sus hombres en el campamento amortiguados en la distancia. Una antorcha extinguida yace apuñalada en la tierra a su lado mientras se sienta sobre una roca fría cubierta de musgo, mirando a la oscuridad. Los árboles que lo rodean son siluetas negras, silenciosas excepto por la canción sombría y crujiente que susurran mientras se balancean en el viento nocturno.
Escucha a los árboles y al viento que los mueve y reza por guía. Pero estos árboles cantan una canción diferente a los weirwoods, y sus gemidos no tienen respuestas para él. Si los viejos dioses todavía tienen poder aquí en esta tierra, no se lo revelarán ahora. Desea, por un momento, que pueda recurrir a los dioses de Catelyn – Los Siete. Pero a pesar de todas las conferencias de los septones por los que se había sentado a su lado, todavía eran extrañas para él; nunca había escuchado su voz ni sentido su bendición. Él espera que en algún lugar lejano, ella les esté rezando por él. Orando por la justicia y por su regreso a su lado.
Él anhela volver a verla, sentirla, escuchar su voz. Reunirse alrededor de la mesa con sus hijos, rodeados de amigos. Estar libre del alfiler de hierro maldito sobre su pecho. Pero él sabe que su deber está lejos de estar hecho. Incluso una vez que The Mountain se enfrenta a la justicia del rey, debe lidiar con los Lannisters y la conspiración que había matado a Jon Arryn. Aunque, si se cree en la misiva de Gladden Wylde, esa conspiración ya se ha revelado. Tal vez, para cuando regrese a la ciudad, todo habrá terminado. Todo estará bien y puede regresar a Invernalia con la seguridad de que el reinado del rey persistirá sin amenazas.
Pero mirando a la oscuridad, teme que ese no sea el caso. Y el estridente 'preet' de un Nighthawk que pasa parece estar de acuerdo. Tus batallas nunca terminarán. Eso era lo que Ashara le había advertido, esa última noche en la Espada Palestone. Ella había querido que huyera con ella, que dejara atrás sus responsabilidades y comenzara una nueva vida al otro lado del mar. Pero no podía abandonar su honor entonces más de lo que podía ahora. Había jurado – a Robert, a Catelyn, a Lyanna... Tantos votos, tantos deberes. Ella tenía razón. Nunca habían terminado. Y ella había dejado atrás su propia vida. Para siempre.
Ned sacude el recuerdo de su cabeza. Pensó que había sido vencido, había vivido lo que parecía toda una vida sin pensar en su primer amor. Había sido toda una vida, en verdad, para el hombre que regresó a Invernalia con el bebé Jon Snow en sus brazos no era el mismo hombre que había cabalgado al sur para encontrar a su hermana en la Torre de la Alegría. Que Ned, el segundo hijo, había muerto con Ashara. Lord Stark regresó. Entonces, ¿por qué ahora lo molestó de nuevo?
Era el niño. Edric Dayne, un señor aún niño, escudero de Beric Dondarrion. Su sobrino. Tenía sus ojos, aunque no del todo morados, como los de ella, pero su espíritu estaba allí. Y ese espíritu había devuelto la vida a los recuerdos muertos. Tan pronto como esto termine, él jura, ya sea que regrese a casa o no, el niño debe volver a las Marchas con su señor jurado. Y que tome el fantasma que lleva consigo.
Una hoja perdida flotando desde el dosel de arriba golpea su rostro. Ned lo desliza y se levanta, su meditación se fue sin más respuestas que cuando comenzó. Sus ojos acostumbrados a la oscuridad, deja atrás la antorcha muerta, abriéndose camino a través de las raíces retorcidas y la maleza hasta que las luces de su campamento reaparecen. Edric está sentado en la hierba alta, en el espacio sombrío donde la noche se encuentra con el resplandor de los fuegos, esperándolo.
"Dónde está Lord Beric?" Ned pregunta. Deberías estar con él, eres su barrio, no el mío.
"Abed en su litera. Y no borracho, como quisiste, mi señor."
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El buen escudero -COMPLETO-
FanfictionEdward Stark, hermano gemelo de Arya, nunca quiso ser caballero. Preferiría dibujar con una luma que con una espada. Pero cuando Ser Jaime Lannister lo elige como escudero, su mundo da un vuelco. Su nueva vida parece perfecta... hasta que los leones...