(XXI)

5 3 0
                                    

Un híbrido de vampiro y demonio estaba en la mitad de la sala.

― Príncipe menor.

― ¿Ahora te juntas con los perros?

― Cierra la boca.

― Oh, Junnie, mi querido Junnie ¿Dónde están tus hijos? Escuché que uno es como yo.

― No, mi hijo tiene clase, tú eres una basura que recogieron de la calle.

― No me hables así.

― No me des órdenes ―Ambos vampiros sacaron los dientes.

― Pero mira, eres el lobito que Gyeom no me dejó cenar ¿Tu cachorro está bien?

― Creo que puedo hacer que te arrodilles y lamas el suelo, mejor cuida tu manera de dirigirte a mí.

― Vaya, altanero.

― Ve al grano, no tengo tiempo.

― Cierra la boca, Gyeom.

― Como digas.

― Bueno, yo vine aquí para ver a un niño, Ni-Ki, escuché que está en su manada.

― Riki.

― Como sea, tu niño habló de él y quiero comprobar que no tienen a alguien de mi zona en su manada.

― Riki no es nada tuyo.

― Lamentablemente sí, es el hijo de un viejo amigo y le prometí que lo cuidaría.

― Ahora está aquí, no debes preocuparte.

― Vine a llevármelo.

― No.

― No discutas, lobo.

― Cuida tu tono, no dejaré que te lleves a mi cachorro.

― Miren, tienen hasta mañana para darme al niño, si lo hacen, su manada estará a salvo, si no, los mataré a todos.

― No me amenaces ―se escuchó el llanto de Sunoo en el piso de arriba.

― Oh, ya veo.

― Si vas ahí, morirás.

― ¿Es una declaración de guerra?

― No, es sólo contra ti.

― Yeonjun, detente ―Yeonjun volteó a ver a su esposo―. No olvides el trato, deja a mi hijo y yo olvidaré lo que hiciste, vete ahora y no se desatará una cacería contra ti.

― Bien, ya saben, hasta mañana o mato a Sunoo.

― Tenemos un trato, príncipe.

― No me importa, puedo matar mucha gente.

― Y yo puedo matarte a ti.

― Bien, respetaré el trato, pero Soobin, dame al niño, eso es lo que quiero a cambio.

― Bien.

― ¡Soobin!

― Silencio.

― Sabes lo que te conviene, dejaré tus dominios tranquilos si me das a ese niño, Gyeom, nos vamos ―cuando BamBam dejó la casa Soobin respiró con más tranquilidad.

― ¿Qué carajos fue eso?

― Me llevaré a Riki.

― Soobin.

― No estarás pensando en hacer lo que dijo ese loco ¿Verdad?

― Han, dame al niño por la buenas o me lo llevaré por las malas.

― Soobin, no, dejaré que te lleves a Riki.

― ¿Qué estás haciendo? ―le preguntó Yeonjun con telepatía―. ¿De verdad le darás a Riki?

― No, pero la manada no es segura, no puede ir con los ángeles, pero los humanos son sus protegidos y lo mantendrán a salvo por un tiempo.

― Sólo diles eso.

― Mientras menos sepan es mejor.

― BamBam se meterá en sus memorias, entiendo.

― Es tu manada o el niño.

― El niño es parte de la manada.

― Yeonjun.

― Colabora, sólo hazlo, no te cuesta nada, no es tuyo siquiera ―Han sacó los dientes y Minho igual―. No seas irracional, no tienes que actuar así por un niño que no es tuyo.

― Sobre mi cadáver.

― Como quieras ―Soobin atacó a Minho y Yeonjun inmovilizó a Han.

Era un caos, Soobin atacó a Chan incluso, pero con una mirada le dijo todo, así que este dejó de pelear.

― Bien, llévatelo, pero dile al maldito híbrido ese que pelearemos por ese niño.

― ¡Chan! ―Felix entendió en cuanto lo vio.

― Al fin alguien razonable, Yeonjun, ve por los niños.

Todos estaban atónitos, Riki estaba dormido entre los brazos de Soobin.

Yeonjun y Soobin desaparecieron y jamás volvieron a ser vistos cerca del territorio de la manada. 

Eternamente tuyo | MOON TALES 4 | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora