(III)

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Soobin era demasiad reservado sobre su vida, no compartía nada con nadie, creció sabiendo que esa corona de rey pronto sería suya, porque sus padres ya se creían en la edad de retirarse, así que no, no compartía nada personal, no quería amigos falsos, no quería gente aduladora revoloteando por ahí, no, Soobin solo quería a una sola persona, Soobin solo quería a Yeonjun. 

Yeonjun era su mejor amigo, casi como un hermano, era su confidente y su alma gemela, pero nunca pensó en el románticamente, nunca en todos estos quince años de vida, nunca se atrevió a verlo como algo más que un amigo, es cierto que nunca negaría que lucía demasiado bien, pero jamás pensó en el de ninguna manera sexual, no, había crecido con Yeonjun, eran amigos y debemos admitir que Soobin era un poco torpe en cuanto al asunto de las parejas destinadas. 

Así que no supo que hacer en el momento en que se encontró observando a su amigo, a su amigo desnudo en uno de los lagos infernales, a su amigo desnudo jugando con los demonios del lago, a su amigo desnudo besándose con uno de esos demonios. 

― ¡Yeonjun! ―su rostro no tenía precio, si ya era pálido ahora parecía muerto, se separó del demonio y aunque este intentara acercarse, la atención de Yeonjun estaba en Soobin, que se veía entre sorprendido, destrozado, enojado y celoso. 

― Mierda, me voy, hablamos luego ―o nunca, eso sería mejor, ya podría pensar en eso en otro momento, ahora solo debía encontrar su ropa y perseguir a Soobin hasta el norte si fuera necesario―. ¡Espera! ―al diablo la ropa, conjuró algo parecido a una tela que se le ceñía al cuerpo, se supone que no debía usar eso a menos que estuviera en una ceremonia oficial, pero Soobin era demasiado rápido. 

Soobin no estaba pensando con claridad y por más enojado que esté, lo último que quería era lastimar a Yeonjun, así que se fue, esperaba que como en otras ocasiones, Yeonjun entendiera y le diera su espacio, pero había corrido tras él. 

― Yeonjun, vete, no puedo prometer que estaré bien y mucho menos que tú lo estarás. 

― Vamos, mírame ―tomó el mentón de Soobin con su mano―. ¿Qué sucede? 

― Vete. 

― Dime que sucede contigo y me iré ―sí, lo había reconocido, pero nunca había aceptado la exclusividad, no contaba como lastimarlo si solo era Yeonjun quien estaba enamorado―. Parece que te largarás a llorar en cualquier momento. 

― Podría, en serio, vete. 

― Soobin. 

― Por favor, solo vete ―¿Cuándo había empezado a desarrollar sentimientos por su amigo de todas formas?  

― ¿Por qué? ¿Hice algo malo? 

― No, no es nada así, solo necesito estar solo un momento, vete. 

― ¿De verdad quieres que me vaya? ―Soobin lo miró a los ojos y asintió. 

― Sí, eso quiero, vete, por favor. 

― Bien ―Yeonjun ya tenía permitido transportarse adonde quisiera, así que simplemente desapareció, estaba confundido y tal vez sí era mejor dejar solo a Soobin por un momento. 

Soobin sabía que una vez que tomara el trono, este vendría con un matrimonio arreglado, sabía que ese matrimonio se daría entre Yeonjun y él, sabía que tendría que tener hijos con él, pero estaba bien porque eran amigos, los mejores amigos, incluso había bromeado con la idea de que Yeonjun seguramente tendría varios amantes por ser tan descarado como era, pero ahora esa idea le parecía horrible. 

¿Tan idiota había sido? ¿De verdad necesitó verlo besándose con otro para darse cuenta de lo que sentía? 

― Ya quita esa cara. 

― ¿Qué haces aquí? 

― Es la hora del té, pero mi primo decidió que ahora estará en claustro y que nadie puede entrar a su habitación, mis padres no están, mis tíos tampoco, Heeseung hyung está super ocupado con el colegio ahora que ya tiene licencia y pues eso te deja a ti libre, pero si no estás de humor, me voy. 

― No, no, quédate, es la hora del té. 

― ¿Qué te pasa? 

― ¿Crees que soy imbécil? 

― Creo que eres un pendejo, que te faltan unas cuantas neuronas, que eres lento, sí, eso en resumen. 

― Bueno. 

― Viste a mi primo besándose con Jaehyun ¿Verdad? 

― ¿Cómo-? 

― Yo lo sé todo, ellos han estado en una especie de relación por un par de semanas, no son nada oficial, pero mi primo disfruta pasar tiempo con el demonio ese, el chico le da su espacio y entiende que nunca serán nada oficial, son algo así como amigos con derechos. 

― No. 

― Sí, pero no creo que lo hayan hecho realmente, es el asunto de que Yeonjun tiene una familia sobreprotectora, si alguien se llega a enterar, Jaehyun estará muerto, el ya es un mayor en ciertos sentidos. 

― Eso lo sé. 

― Estás celoso, lo sabía, siempre hacías lo que fuera para que no estén juntos, incluso cuando ponías la triste excusa de que eran celos de mejor amigo abandonado, no es cierto, ambos lo sabemos. 

― Me preocupa lo mucho que sabes. 

― Somos infernales ¿Esperabas un angelito? 

― Cállate. 

― Bien, creo que ustedes dos deberían hablar, no me has servido té y me empiezo a enojar. 

― Lo siento ―una tetera flotó por la habitación y dos tazas aparecieron frente a los chicos. 

― Eso está mejor, gracias, ahora, supongo que tuviste un shock al darte cuenta lo mucho que te gusta mi primo, no solo sentimentalmente, físicamente también, como puedo ver. 

― No menciones eso, ya hablaré con tu primo. 

― Bueno, creí que serías más difícil, pero no, solo te escapaste, está bien ¿Ya hiciste la tarea que dejó mi papá? 

― Mierda. 

― Ya veo, irresponsable, teniendo crisis sin haber hecho la tarea, bueno, gracias por el té, me voy, te cuidas. 

Ya hablaría con Yeonjun mañana, primero la tarea. Solo tenía miedo de hablar con él. 

Eternamente tuyo | MOON TALES 4 | soojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora