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Lisa conducía tan lejos como podía, deseando escapar de todo lo que había sucedido. Las lágrimas nublaban sus ojos, poniendo en riesgo su seguridad al volante, pero ya no le importaba. El dolor la consumía tanto que ansiaba desaparecer y dejar de sentirlo todo.

Finalmente, estacionó el auto justo cuando la lluvia arreciaba. Observó las gotas caer al suelo a través de las luces del vehículo. Cerró los ojos y dejó que más lágrimas cayeran, sintiendo cómo aquel dolor que la había acompañado durante meses volvía a apoderarse de ella. Sus manos se aferraron al volante, golpeándolo mientras gritaba de enojo y dolor. Detuvo los golpes cuando sintió el dolor punzante en sus nudillos. Solo entonces se dio cuenta de que estaban magullados y ensangrentados.

— Mierda — murmura —. ¡Mierda! — grita con furia, golpeando el volante con las palmas de las manos.

Se entrega al llanto, su cuerpo temblando. Cubre su rostro con las manos y trata de calmar el intenso dolor que la abruma. Se apoya en el volante, sollozando desconsoladamente. Aprieta los ojos y niega con la cabeza, incapaz de aceptar la realidad, incapaz de creerlo. Recordar todo eso la desgarra por dentro. Todo iba bien, parecía que todo mejoraría, pero todo se vino abajo de nuevo.

Se reclina en el asiento, secándose las lágrimas. Observa la calle vacía y oscura mientras intenta decidir qué hacer. Desvía la mirada y se encuentra con la foto que siempre lleva consigo. Con manos temblorosas, la toma y la contempla, presionando los labios contra ella.

La foto muestra a Jennie con Ella en su regazo, ambas sonriendo ampliamente. Jennie irradiaba felicidad mientras su pequeña jugueteaba con un juguete. Cierra los ojos, reviviendo aquel día en su mente.

Lisa observa atentamente al pequeño grupo bailando al ritmo de la música, concentrándose en cada movimiento, pero especialmente en el de su esposa, que se mueve con gracia profesional. Mientras tanto, balancea suavemente el cochecito de su hija hacia adelante y hacia atrás, asegurándose de que duerma tranquilamente.

Jennie se acerca a ellas con una sonrisa radiante. Lisa le devuelve la sonrisa y la abraza, descansando su cabeza en el abdomen plano de Jennie.

— Lo hiciste increíble, Nini — murmura con ternura.

— Gracias, Lili — responde Jennie con una sonrisa. Luego se inclina hacia su hija y le pregunta dulcemente — ¿Has llorado mucho, mi amor? ¡Hola, mi vida, mami ya está aquí! — dice con tono infantil, acercándose al cochecito.

— Durmió un rato y ya tomó algo de su biberón — informa Lisa, pasándole el juguete a su hija.

La pequeña Ella agarra el muñeco con fuerza entre sus manos y comienza a sacudirlo vigorosamente mientras balbucea.

— Bueno, al menos está mejorando — dice Jennie, visiblemente aliviada. Con cuidado, levanta a su hija y se acomoda con ella en la manta, al lado de Lisa.

Lisa observa la escena con una sonrisa de oreja a oreja. La forma en que su pequeña mira a su madre como si fuera una heroína le llena de ternura. Saca la cámara del bolso y la enciende, apuntándola hacia su esposa e hija.

— Lisa, ¿qué estás haciendo? — pregunta Jennie con una sonrisa.

— Solo quédate quieta, quiero tomarles una foto — responde Lisa, acomodándose mejor para capturar el momento.

— Oh, vamos, cariño, no puedo estar tan mal — dice Jennie, bajando la cámara —. Mi cabello está hecho un desastre y estoy sudada.

— ¿Y qué? Para mí sigues siendo perfecta — responde Lisa, volviendo a apuntar con la cámara.

𝚂𝚝𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚝𝚑 𝙼𝚎 ~ 𝙹𝚎𝚗𝚕𝚒𝚜𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora