𝚂𝚝𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚝𝚑 𝙼𝚎 ~ 𝙹𝚎𝚗𝚕𝚒𝚜𝚊

13.

Solo fue un movimiento, un simple gesto, y Jennie se quebró ante los ojos de Jisoo. Cayó de rodillas, despedazándose por completo. Cada sollozo era un fuerte desgarre para su corazón, una agonía insoportable. Jennie sentía que su mundo se desplomaba, desmoronándose como un castillo de naipes. El dolor que la consumía era indescriptible, más allá de cualquier palabra, sentimiento o emoción conocida. Estaba tan herida que ni siquiera podía discernir la naturaleza de su propio sufrimiento mientras su corazón golpeaba su pecho. Obligándola a presionarlo con las manos en un intento desesperado por contener el dolor.

Todo lo que Jennie anhelaba desesperadamente era que Lisa luchará por ella, que la hubiera detenido, que la hiciera sentir, que era la persona que nunca querría perder, que todo lo que siente es solo miedo, que aquella rubia no era nada. Pero en lugar de eso, Lisa la dejo ir sin resistencia, ni siquiera lo intento. ¿Desde cuándo dejó de importarle tanto?

Jisoo llegó con las tazas de té y se sentó junto a su hermana. Jennie miraba al vacío, incapaz de asimilar todo lo que había sucedido. Por primera vez en quince años, se sentía completamente perdida. Perdida en sus sentimientos, atrapada en pensamientos que no hacían más que torturarla. No podía creer que, después de todo ese tiempo, llegaría a esto: al fin de lo que alguna vez fue su todo. Ya no había lágrimas; el llanto había agotado el poco que le quedaba. Sus ojos estaban hinchados, apenas podían abrirse. El corazón le pesaba, el pecho le dolía, pero el dolor más agudo era saber que Lisa la había dejado ir, que Lisa había preferido renunciar a todo por otra persona, por otro amor.

Jennie no podía entender qué había hecho mal, cómo había llegado al punto en que su esposa dejó de amarla. Repasaba una y otra vez en su mente lo que pudo haber causado este desenlace. No podía creer que su mayor miedo se hubiera hecho realidad. Solo imaginarse a Lisa entregándose a otra persona la desgarraba, sintiendo como si su corazón fuera arrancado de la manera más cruel. Cada latido se sentía más doloroso que el anterior. ¿Cómo había ocurrido? ¿Cuándo había dejado su esposa de amarla? ¿Qué había hecho para que Lisa decidiera desechar quince años de amor y compromiso? Quince años en los que entregó cada parte de su ser, cada fragmento de su alma. Quince años que ahora parecían no valer la pena.

— Quince años — susurra Jennie, su voz rasposa y quebrada —, quince años en los que pensé que lo tenía todo — continúa, ignorando el nudo en su garganta —, quince años en los que solo he dado, a cambio de esto — parpadea varias veces, como si intentara aclarar la visión borrosa.

Su hermana la observa con el corazón en la mano. Ha visto a Jennie atravesar momentos dolorosos, cosas que casi la destruyen, pero esta vez era diferente. La mirada de Jennie estaba vacía, fría, rota. Aquella luz que solía brillar en sus ojos color café, sin importar cuán quebrada estuviera, ya no estaba allí. Su expresión mostraba un desgarrador estado, como si estuviera muerta en vida, incompleta, en pedazos. Por primera vez, Jennie estaba completamente rota.

— ¿Puedes contarme qué sucedió? — pregunta Jisoo con cautela, su voz apenas un susurro.

Jennie la mira, y sus ojos se encuentran con los de su hermana. En ellos se reflejan el miedo, la preocupación y el dolor. Jennie sabía que Jisoo estaba viendo la peor parte de ella, que su hermana comprendía lo profundamente rota que se sentía.

— Fui a buscarla a su trabajo — comienza Jennie, intentando ordenar sus pensamientos que están en un caos —. Se suponía que yo la recogería y que nos iríamos a casa, cenaríamos, nos recordaríamos cuánto nos amamos, y haríamos el amor hasta saciarnos. Pero, en cambio, descubrí que no solo trabaja allí, sino que también ha estado sacando dinero de nuestros ahorros. Y, si eso no fuera suficiente, pasó nuestro aniversario — recalca con voz temblorosa —, con otra persona, con alguien que no era yo.