12.

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Todos los ojos estaban fijos en la chica que, con los ojos cerrados, disfrutaba del momento mientras entonaban la canción animadamente. Sus madres, a su lado, mostraban sonrisas radiantes mientras aplaudían suavemente y le cantaban con ternura. Ella sonreía, su mente ocupada en formular el deseo que pediría antes de que la canción llegara a su fin. Cuando finalmente terminaron de cantar, la sala se llenó de un estruendoso aplauso.

— Vamos, Ella, pide tu deseo — susurró su madre, Nini, con una sonrisa alentadora.

Ella cerró los ojos nuevamente, pidió su deseo y sopló las velas con un gesto decidido. Los aplausos estallaron de nuevo, llenando el ambiente de celebración y alegría.

— Feliz cumpleaños, mi amor — dijo su mamá Lili, abrazándola con calidez.

— Feliz cumpleaños, cariño — añadió su otra madre, uniéndose al abrazo.

Todos vuelven a aplaudir mientras observan a la linda familia abrazarse.

Jennie colocaba los platos en el lavavajillas con meticulosa atención, mientras Lisa llegaba con más, pasándoselos uno a uno. Juntas, trabajaban en perfecta armonía para terminar la tarea con rapidez.

— Estos son los últimos — anunció Lisa, entregándole los platos.

— Gracias, Lili — respondió Jennie, recibiéndolos con una sonrisa y plantándole un beso en la mejilla.

Lisa sonrió, visiblemente satisfecha, mientras observaba a su esposa finalizar el proceso de limpiar todos los utensilios de la fiesta de su hija. Se acercó a ella sigilosamente y la rodeó con un abrazo por detrás, sorprendiendo a Jennie. Esta soltó una risita y entrelazó sus manos con las de su esposa.

— Ha sido un gran cumpleaños, para ser sincera — susurró Lisa, apoyando su mejilla en la espalda de Jennie.

— Sí, a Ella le ha encantado — respondió Jennie, cerrando los ojos y disfrutando de los suaves besos de su esposa en su cuello.

Lisa trazaba un sendero de besos húmedos desde la mejilla de Jennie hasta su cuello, saboreando la suavidad de la piel de su esposa.

— Te dije que a Ella le iba a encantar — susurró, sin separarse.

Jennie mordió su labio inferior y apretó las manos de Lisa con ternura.

— Sí, lo sé. Pero no olvides que ahora tenemos otra deuda — le recordó, con una mirada que denotaba un leve reproche.

Lisa se detuvo, levantó la mirada y, con delicadeza, tomó a Jennie por la barbilla, inclinando su rostro para que la mirara.

— No te preocupes, lo pagaremos — juró en voz baja —. Pero mientras tanto, aprovechemos que estamos solas y que tenemos tiempo — añadió con un tono juguetón —. Hoy te ves fabulosa — la halagó, rodeando su cuello con los brazos de Jennie.

Jennie se rio y negó con la cabeza, mirando a Lisa con una mezcla de exasperación y cariño.

— Tú sí que no cambias, Kim — respondió, acercándose más a ella.

— Creo que esas son las consecuencias de tener una esposa tan sexy como tú — dijo Lisa, deslizando sus manos grandes y cálidas hacia la cintura de Jennie.

— Sé que te mencioné que deberíamos darle otro hermano a Ella, pero no pensé que te lo tomarías en serio — replicó Jennie, con un toque de picardía.

Lisa soltó una risita, inclinándose para besarla suavemente.

— Estaría encantada de darle los hermanos que Ella quiera — murmuró, mientras Jennie volteaba los ojos con una sonrisa y le daba un ligero puñetazo en el brazo.

𝚂𝚝𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚝𝚑 𝙼𝚎 ~ 𝙹𝚎𝚗𝚕𝚒𝚜𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora