9.

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Lisa estaba en su habitación, jugando con el balón de juguete mientras repasaba mentalmente todo lo que había estudiado para el examen. La música sonaba a bajo volumen, creando un ambiente relajante para ella.

De repente, escuchó un golpe en la puerta.

— Pase — dijo Lisa sin dejar de jugar con el balón.

La ama de casa se asomó por la puerta con una sonrisa amable.

— Lisa, querida, ya es hora de bajar a comer — dijo ella, tratando de no interrumpir demasiado.

Lisa le sonrió agradecida.

— ¡Gracias! Ya bajo en un momento.

La señora asintió y se despidió con un gesto antes de cerrar la puerta. Lisa se levantó para ir a la cocina, pero en ese momento su móvil viejo vibró sobre la mesa. Se acercó para leer el mensaje, pero antes de que pudiera abrirlo, escuchó el grito de su madre desde abajo.

— ¡Lisa, ven a comer ya!

Lisa suspiró y guardó el móvil en el bolsillo.

— ¡Voy, mamá! — respondió, mientras se dirigía hacia la puerta.

Lisa bajó por las escaleras y entró en la cocina, donde su padre estaba sentado en la mesa, esperando. Él le sonrió con cariño y le desordenó el cabello de manera juguetona cuando ella se acerca a saludarlo.

— ¡Hola, Lisa! — saludó su padre con una sonrisa amplia —. ¿Cómo va todo?

— Hola, papá — respondió Lisa, acomodándose en la silla vacía frente a él —. Todo bien.

Se inclinó hacia adelante para observar los platos llenos de comida que estaban en la mesa. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras admiraba la cena.

Vuelve acomodarse y sacó su móvil para revisar los mensajes. Abrió la aplicación y vio que su novia le había enviado varios mensajes preguntándole si podía pasar un rato con ella. Lisa estaba a punto de responder cuando escuchó la voz de su madre desde el otro lado de la cocina.

— Lisa, ¿Por qué estás usando el móvil en la mesa? ¡Ya te he dicho que está prohibido!

Lisa suspiró molesta, pero no quiso desobedecer.

— Lo siento, mamá. Solo estaba revisando una cosa — contestó Lisa, rápidamente.

Guardó el móvil en el bolsillo de su chaqueta y se volvió hacia la ama de casa, que termina de traer la cena a la mesa.

— Gracias — dijo Lisa con una sonrisa.

La ama de casa asintió y le sonrió de vuelta antes de continuar con sus tareas. Lisa se acomodó en su silla, lista para disfrutar de la comida.

Mientras Lisa disfrutaba de la cena, escuchaba las charlas de sus padres, quienes conversaban sobre sus negocios y proyectos. Su padre, siempre con una sonrisa cálida, hablaba con un tono amable y paciente. Era un hombre de buen corazón, que se preocupaba por los demás y siempre encontraba la manera de hacer que las personas a su alrededor se sintieran valoradas.

Su madre, por otro lado, se mostraba más crítica y directa, un poco fría y dura. Mientras cenaban, ella comenzó a expresar su desagrado por la generosidad de su esposo con los empleados.

— Deberías ser más estricto con los empleados — dijo su madre, con un tono un poco áspero —. Algunos se relajan demasiado y piden días libres con frecuencia. Necesitan saber que hay límites.

𝚂𝚝𝚊𝚢 𝚆𝚒𝚝𝚑 𝙼𝚎 ~ 𝙹𝚎𝚗𝚕𝚒𝚜𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora