Prologo

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239 y 27.

Un latido, dos y tres más retumban en mis oídos.

¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar por mantenerlos a salvo?

La pregunta es frecuente, retumba en mis oídos como aquellos latidos que taladran mi corazón.

¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar por amor, Emma?

La pregunta se clava en mi, en cada parte de mis pensamientos y hace que mi vida dependa de aquello. Podría morir y perderlo todo si juego mal mis cartas, o podría ganarlo todo y obtener lo que he deseado toda mi vida.

«Respuesta rápida» me digo a mi misma.

Todos están mirándome, sé que lo saben, sé que sospechan de mí y de lo que hice. Quizá borre la sangre y queme los cuerpos, quizá cubrí mis huellas pero ellos lo saben, me miran, lo saben.

«Calma».

No, no puedo calmarme, ellos sospechan, ellos ya lo saben.

Pero, ¿qué más da si mis manos ya están manchadas?

Miro a mi al rededor, buscando un punto de concentración máximo. La pregunta es difícil moralmente, pero siendo egoísta...

¿Hasta dónde estoy dispuesta a llegar por verlos vivir?

Mis acciones hablan antes que mis palabras, el arma de mi cinturón sale cuando mi mano la jala hacia afuera y apunta entre ceja y ceja. Un disparo basta para verlo caer muerto al suelo, todo estalla en caos, hay gritos por todas partes. La bomba de humo que permanece en mis manos sale disparada, dispersando el humo por cada rincón. No lo pienso, me levanto de ahí y comienzo a correr con cada gramo de fuerza que hay en mi cuerpo. Todos adentro me buscan, mientras me alejo de ahí.

La pregunta se repite mientras corro por «literalmente» mi vida:

¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar por verlos reír, escucharlos llorar y sentirlos en ti?

Mis acciones han hablado antes que mis palabras: cualquiera que se interponga en mi camino, es hombre muerto.

Los periódicos relatan que soy la mujer más buscada del momento.

Es por ustedes.

Rueguen por ustedes.

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Bajo un eclipse total #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora