SEIS

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Memorias

Me detengo a descansar después de 10 minutos y miro a mi alrededor. Me doy cuenta de que estoy completamente sola, bueno, yo y algunas aves que pasan volando por el cielo. Miró tras de mi cuando me llega una extraña sensación de que no estoy sola. Me quitó los audífonos y justo en ese momento siento que alguien toca mi hombro a mis espalda y volteo asustada. Caigo de culo al suelo por el susto y me topo aún moreno, que extrañamente se me hace conocido.

—Joder —me llevo una mano al pecho—, me has asustado. ¿Quién mierda eres?

—Make —me extiende una mano—, Make Jeeks.

Tomo su mano y el me ayuda a ponerme de pie.

—¿Nos.. nos conocíamos? —arrugo las cejas.

—Mmm, si —sonrie—. Nos conocimos anoche, en casa de Aysel. Soy uno de sus amigos aunque no lo acepte, me ama.

—¿Enserio? Supongo que no lo recuerdo porque...

—Estabas drogada —termina por mi—. ¿Adivina quién ayudo a qué no te afectará tanto?

—¿Tu? —asiente— ¿Entonces tengo que agradecerte?

—Pues...

Le volteo los ojos y el se ríe.



—Espero que también confíes en ti, Emma, porque si algo sale mal, Aysel no te lo perdonara.

—Prefiero eso a verlo morir —dije tajante—. El lo tiene que entender. Además, aún necesito saber cómo provoque el grito, y porque ahora escucho más cosas.

—Eso no es difícil, pero si quieres esconderte, no podemos quedarnos mucho tiempo aquí. Tengo una casa en la selva, está a un día de aquí corriendo.

—Eso quiere decir que... ¿Vendrás conmigo?

—Ahora estamos unidos —señala la marca en su cuello—. Entonces, hasta que la muerte nos separe.





—¡Te fuiste por un maldito día entero, Make! —le reproche con un aire de mil demonios dentro de mi— ¡Me dejaste sola!

—¡Pero te deje una nota! ¿No la viste? Si hasta la dejé en la cama —se rasco la cabeza.

—¡Es que si la vi! —le tire otro cojín que apenas esquivó—Pero dijiste"voy por comida", no "voy hasta el otro lado del mundo por comida".

—Estaba cansando, necesitaba reunir fuerzas —explico mientras se cubría la cara por si yo le fuera a aventar otro objeto.

—¡¿Y sin avisar?! —le aventé otro cojín— ¡Me dejaste sola y angustiada! No puedes desaparecer así, es peligroso.

—Sabes que no te abandonaría, Emm.

Me cruce de brazos. Mis ojos comenzaron a arder. La verdad es que me sentía sola cuando se fue. Me dio mucho miedo que me fuera a dejar y tener que continuar yo sola. Porque Make ya era más que un mejor amigo, era una parte esencial en mi. Una parte de mi alma.

Bajo un eclipse total #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora