Hermione y Snape comenzaron a pasar más tiempo juntos, investigando sobre la magia antigua. A medida que trabajaban codo a codo, Hermione empezó a notar una atracción mutua entre ellos.
Un día, mientras estaban en la biblioteca, Snape se acercó a ella y le susurró al oído: "¿Sabes, Miss Granger, que eres la única persona que ha logrado desarmarme?"
Hermione se estremeció ante su cercanía. "¿Qué quieres decir, profesor?", preguntó, intentando ocultar su turbación.Snape se inclinó hacia ella, su rostro a centímetros del suyo. "Quiero decir que me siento atraído por ti, Hermione. Y creo que tú sientes lo mismo".
Hermione se sintió abrumada por sus palabras. No sabía qué decir, pero su cuerpo parecía tener una mente propia, porque se acercó a él, como si fuera una magnets.
Snape la tomó de la mano y la llevó a un rincón oscuro de la biblioteca. "No puedo resistirme a ti, Hermione", dijo, antes de besarla apasionadamente.