Historia de una escritora anónima

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Hola mis criaturas :D

Quería deciros que esta parte no son pensamientos en sí. Esto es el pequeño manuscrito que mandé a un concurso del pueblo donde está mi instituto.

Espero que os guste♡

~

Tú otra vez, leyendo las palabras que están impresas en tinta y en esa hoja amarillenta, tú y yo otra vez conociéndonos después de tantas páginas, después de que hayas descubierto mi vida privada. Pues hoy te voy a contar algo: que vales mucho y que no te rindas, nunca.

No te rindas, porque la única persona que está ahí diariamente eres tú. Porque aunque te cueste levantarte cada mañana sabiendo que tu día será malo, te levantas e intentas que el día sea bueno.

No te rindas, porque hasta con el corazón roto sonríes. Porque sólo tú sabes cuántas noches has dormido llorando. Y te lo digo con lágrimas en los ojos, porque tú no me
conoces y yo a ti no te conozco.

No te rindas, porque sé que eres esa persona que se esconde detrás de páginas de papel, con historias que no son la suya.

No te rindas, porque te han marcado demasiado esas cicatrices que antes eran el camino de lágrimas secas por tu rostro.

No te rindas, porque has sido la única persona que le ha dado segundas oportunidades a quienes te rompieron el alma.

No te rindas, porque lloraste delante del espejo y nadie lo sabe.

No te rindas, porque la gente que está a tú lado en los momentos donde el sol brilla, nunca están cuando la noche te encierra y empieza la tormenta.

No te rindas, porque eres esa persona que sale con una sonrisa y el corazón lleno de hilo y trapo, intentando sobrevivir.

No te rindas, porque sólo tú sabes lo que vales, pero te pasas las horas viendo tus
imperfecciones, y tus inseguridades crecen y te consumen lentamente. Porque siempre te intentas convencer de que todo lo malo que te ocurre es sólo la publicidad de una maravillosa serie.

No te rindas, porque hay personas que en verdad ven tú brillo y lo intentan apagar día sí y día también.

No te rindas, porque sólo tú sabes las cicatrices invisibles que tienes.

No te rindas, porque después de cerrar la puerta de tu habitación, te apoyaste en ella buscando el consuelo teniendo un ataque de ansiedad. Porque sólo tú te has visto
consumida por los exámenes queriendo sacar el mejor futuro posible.

No te rindas, por favor, no te rindas. Limpia esas lágrimas de tus bonitos ojos y no apagues tu luz.

No te rindas, porque sabes que tu único consuelo está en las letras y las historias que inventas.

No te rindas, porque dentro tuyo sólo hay tristeza y soledad, la cual nadie ve. Todos te ven como alguien alegre, imposible de tener ataques de pánico, que intenta encajar en cualquier lugar hablando mucho y diciendo cosas que en verdad no van contigo.

No te rindas, porque sólo tú sabes el esfuerzo detrás de esa sonrisa.

No te rindas, porque aún te quedan muchos sueños por cumplir.

No te rindas, porque algún día alguien estará como estás ahora, con un libro en las manos, moviendo los ojos de izquierda a derecha y ese libro será tuyo. Y sé, sé que has estado triste últimamente y el presente no te ayuda. Sé que te miras al espejo y sólo ves problemas. Sé que deberías silenciar los comentarios de los demás hacia lo que te gusta y lo que no y sobre lo que haces y dejas de hacer. No te rindas.

Quizás tú, querido lector, puedas volver atrás, donde mi felicidad era extensa, infinita, dile hola de mi parte, porque la tristeza se ha apoderado de mí y ahora escribo memorias tristes buscando a alguien igual que yo, que me comprenda.

De momento me conformo con que
alguien como tú lea esto y vea que las personas más felices a veces no lo son.

No te rindas-continúo- porque nadie será como tú y de que nadie te vea como eres, te vuelves loca.

No te rindas, alza la mirada y deja de mirar al suelo. Deja de ser esa persona tímida y antisocial.

Ahora vuelvo a tener lágrimas en los ojos y me duele, pero duele más tener que fingir de nuevo mañana. Pero ya no importa, ya no importa, porque lo malo de la existencia humana es que nos acostumbramos hasta a las cosas malas. Quizás estoy en ese estado de negación sobre el que leí alguna vez, quizá lo escribió alguien que estaba mal como yo, ¿desde qué nací estaba destinada a este dolor? Pero aún así cada mañana me susurro, no te rindas, al ver que no puedo más. Porque hasta en verano, sigo en invierno.

No, no te rindas, te lo pido yo, la escritora anónima que lees y aún no sé el motivo. Porque no sé si lees mí libro o si estás leyendo fragmentos de este capítulo porque he dado mi último respiro en la Tierra y salgo en los periódicos y la televisión.

Escucha esa canción que tanto te gusta, aunque sea tan triste que te salten las lágrimas.

Porque a mí me pasa que la música grita lo que mi alma calla, y te pedí que escuches
música para que olvides que leíste esto y olvidarte que, quizás, esta escritora te abrió las puertas del dolor y el sufrimiento. Y te pido perdón si esto último te ha ocurrido.
Y espero que dentro de este mar de letras encuentres esa frase que le dé sentido a tu existencia. Aunque sólo me queda una última cosa por decir:

No te rindas.

Mi alma✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora