Ser o no ser

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Y otra vez te encuentras ahí solita, buscando en las palabras escritas un abrazo caluroso que te seque las lágrimas.

Como puede ser posible, que un alma tan bonita y tan pura, esté sufriendo tanto, no lo entiendo.

Pero hoy no quiero narrar la historia de nadie, no quiero hablar en segunda persona. Quiero, mejor dicho, voy a escribir sobre mí.

No aguanto más, otra vez. A parte de que no me sé nada de lengua y me molesta mucho eso, no aguanto más la vida.

No le encuentro sentido a mí vida, no encuentro nada, que no, que no me encuentro.

Que me miro a un maldito espejo y no me veo bien y entiendo porque la gente me insulta, lo entiendo.

¿Qué hago escribiendo en vez de estar estudiando? Pues no lo sé, no lo sé...

Tengo un maldito 5% así que se me acabó eso de poder escribir, porque si me pongo a escribir en papel voy a llorar más que escribiendo por aquí.

Creo que los seres humanos somos las criaturas más despreciables de la galaxia, porque nos destrozamos a nosotros y entre nosotros y por eso nos vamos a extinguir, y no lo veo como algo malo.

Se me quitaron las ganas de fingir, de verdad, siento un vacío en el pecho que me oprime tanto que no sé ni lo que siento. No me apetece ir a clase mañana, pero tengo dos exámenes. No me apetece estar con nadie, me apetece literalmente desaparecer de la faz de la Tierra, hundirme en mis penas, callar las críticas y las etiquetas, dejar todo a oscuras.

Me gustaría ser alguien irreal, un personaje de un libro, un dragón, una princesa, una guerrera, una muñeca, un juguete, una página de papel o tinta...

Ser o no ser.

Me replanteo esa frase de Shakespeare para decir que decido no ser.

Decido no ser la persona en la que me estoy volviendo.

Decido no ser.

Decido no ser humana y ser una montaña, porque no tiene estereotipos.

Decido no ser.

No quiero ser nada.

Quisiera morir, quizá, sí, morir, dejar de respirar. Aunque si lo leyera mi madre me mata, así que mejor, quisiera no ser nadie y ya está.

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