capítulo 4

82 5 4
                                    

Capítulo 4: "sinfonía culinaria"

La pregunta resonó en la bulliciosa cocina, interrumpiendo brevemente la armonía de la preparación de la comida. Las mujeres, con expresiones de sorpresa y curiosidad, detuvieron sus tareas por un momento para escuchar la inquisitiva observación.

La joven mujer, llamada Celeste, se acercó con una sonrisa amable y explicó con paciencia - La comida que se prepara para la familia la elaboran chefs especializados; nosotros preparamos las comidas para el personal, ya que además de recibir salario y alojamiento, también nos proporcionan las tres comidas diarias.

Mis ojos se abrieron de sorpresa al escuchar la respuesta. Aunque desconocía la cantidad exacta de personas en la residencia, era evidente que no era un grupo pequeño. Con la certeza de que cada uno recibía tres comidas diarias, me di cuenta de la magnitud del esfuerzo culinario.

Mientras seguía concentrado en mis labores, pregunté con delicadeza - ¿Cuál es el número exacto de personal?.

- 60 - respondió de manera distraída.

- ¡Un número tan preciso! - comenté asombrado. - Ni uno más, ni uno menos.

Sophia, con curiosidad brillando en sus ojos - ¿Cuántos eran antes de que llegáramos?.

Observé cómo tragaba saliva imperceptiblemente y, tras mirarnos de reojo, respondió - 60.

Guardó silencio un momento y al notar la mirada extraña que dirigimos, suspiró mientras cortaba tomates - Cada cierto tiempo, específicamente cada 2 años cuando los contratos caducan, la familia Butcher decide si renovarlos o no. Esto se lleva a cabo a través de muchos requisitos, como el desempeño, los modales y la pulcritud. Durante este proceso, el personal se reduce significativamente y los puestos vacantes determinan cuántas personas serán contratadas. Por eso, el número nunca cambia, pero en realidad solo 20 trabajan aquí; los demás están en la otra mansión.

- Oh, pero qué personas tan estrictas -
frunció los labios Sophia.

Una señora mayor sonrió y comentó - Bueno, se supone que deben serlo. No son tan simples, sus negocios son peligrosos. Llevo aquí algunos años y puedo decirte que una vez fui testigo de un intento de asesinato por parte de alguien que se infiltró entre nosotros. Durante la cena, intentó matar a la señora.

Sophia abrió mucho los ojos y preguntó - Oh, Dios, ¿qué sucedió?.

Otra mujer de cabello castaño continuó - Después de eso, no se volvió a saber de él. Simplemente se lo llevaron a rastras por el pasillo, pero, según mi experiencia, probablemente no quedó un cuerpo al que llorar.

- Fátima...

- No lo digas así.

- Es verdad, son mafiosos, no se puede esperar algo más.

- Mejor cállate, si alguien te escucha, te despedirán - advirtió Celeste.

Después de eso, guardaron silencio, y el lugar volvió a la tranquilidad. Pero mi cabeza no dejaba de pensar: esta familia no es una cualquiera, y eso solo complicaba las cosas para mí. Debía adaptarme rápidamente a este lugar; necesitaba encontrar una salida.

~~~~~~~~~

A las 12 del mediodía, finalmente llegó el momento tan esperado: la comida se sirvió en el comedor exclusivo para el personal, apartado de la majestuosa mansión. El aroma a carne asada y verduras frescas llenaba el aire, mientras que el sonido de las conversaciones animadas y los cubiertos al chocar contra los platos creaban una atmósfera bulliciosa.  Cada bocado fue un deleite para mis sentidos, y una vez saciada mi hambre, decidí dar un paseo breve antes de sumergirme en mis tareas laborales. El aire fresco y húmedo me acarició la piel, y el sonido de la fuente murmurante me invitó a la tranquilidad. 

Sin embargo, la paz del jardín se vio interrumpida por el sonido de pasos que se acercaban.

La Protagonista Rechaza el Harem: ¡Dámelo a Mí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora