Capítulo 3

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Capítulo 3: "La asignación en el jardín"

El hombre se detuvo justo frente a las filas, luego bajó la mirada y ajustó los guantes blancos en sus manos.

- Buenos días a todos, espero que hayan disfrutado de un merecido descanso. Veo que todos ustedes irradian una energía envidiable; ojalá pudiera permitirme dormir más de cuatro horas. Supongo que la mayoría está al tanto del propósito de esta reunión, pero por protocolo debo aclarar. Como habrán notado por sus generosos salarios, la familia a la que servirán no es una familia común. Por lo tanto, es crucial que cumplan con sus responsabilidades sin excepciones; cualquier error podría resultar en la pérdida de sus empleos. No toleramos la inactividad ni la falta de compromiso. Por lo tanto, hoy se asignarán las tareas que serán responsabilidad de cada uno a partir de este momento - dijo mientras tomaba unos papeles de la carpeta que tenía el joven y mencionaba un grupo de apellidos.

En ese instante, un pequeño problema surgió y sentí cómo mis manos comenzaban a sudar: ¡no sabía cuál era mi apellido!

"Está bien, eso no es importante por ahora. Lo puedo resolver después. O eso creo" exhale suavemente.

Finalmente, la reunión concluyó con un "Después del almuerzo, los nuevos comenzarán a trabajar y los demás regresarán a sus labores"

Por el camino, me encontré con la niña de antes. Cuando me vio, levantó la mano para saludarme y suavemente me llamó.

- ¡Eden!

Al llegar a mi lado, sonrió dulcemente.

- ¿Adónde vas?

La miré con un gesto complicado.

- Voy a mi habitación.

Ella apretó los labios y agregó con preocupación - Pero no se nos permite entrar a estas horas. Ya nos asignaron nuestras tareas y además debemos ayudar a los demás en lo que necesiten.

- Respecto a eso, parece que he olvidado cuál es mi tarea.

Intenté sonreír torpemente, pero su expresión se tornó enfadada.

- ¿Qué te sucede? Has estado extraña desde esta mañana. Tienes suerte de que soy muy buena recordando información y prestando atención. Estás asignada conmigo en el cuidado del jardín.

- Eso es maravilloso.

Y realmente lo era. Significaba que no estaría solo con personas que podrían reconocer al dueño de este cuerpo, lo cual solo complicaría las cosas para mí, ya que apenas lograba procesar lo que estaba sucediendo.

-Sí, es verdad. Es bueno porque podemos pasar mucho más tiempo juntos de lo que podríamos estar...

-Sophia, ¿qué estás haciendo? Apúrate, ven a ayudarme en la cocina.

Una mujer joven interrumpió la conversación. Era alta, con el cabello largo y suelto, sosteniendo algunos ingredientes en los brazos.

- ¡Ya voy!

Ella hizo un puchero, luego me miró y sostuvo mi brazo.

- Ven, vamos a ayudarla.

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Después de adentrarnos en la cocina, nos encontramos en un espacio amplio y acogedor, repleto de mujeres trabajando diligentemente. El aire estaba impregnado con el aroma de ingredientes frescos y la energía vibrante de la preparación de la comida. La joven mujer, con su voz suave pero firme, asignó a Sophia la tarea de pelar las papas, mientras a mí me encomendó cortar los aliños. Las mesas rebosaban de coloridos vegetales listos para ser transformados en una deliciosa comida, y el constante sonido de cuchillos cortando y agua corriendo creaba una sinfonía culinaria en el ambiente.

Aunque algo me pareció inusual, decidí plantear la pregunta - ¿Por qué se prepara tanta comida?.

"Normalmente se cocina solo para la familia, ¿verdad?"

La Protagonista Rechaza el Harem: ¡Dámelo a Mí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora