Capítulo 20

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Capítulo 20: "¿Hermano?"

La sangre goteaba de la herida, tiñendo la tierra de un rojo intenso. Levanté la mirada y murmuré - Hermano...

Su rostro se endureció, sus ojos se llenaron de furia - ¡No te muevas, quédate donde estás! Voy a buscar a esos desgraciados, hijos de...

Lo sujeté del brazo, sin soltarlo - ¡No lo hagas! Te meterás en problemas. No quiero que por mi culpa te regañen - mi voz llena de preocupación.

Suspirando derrotado, se sentó a mi lado - Si esto vuelve a ocurrir, yo los mataré. Los dejaré como un repollo.  Esos escuincles, creen que pueden intimidar a mi hermano menor. Cuando obtenga el puesto de papá, voy a hacerlos mis esclavos.

-Cálmate, solo es una herida. No es nada grave - Bajé la mirada, avergonzado - Ellos solo... - apreté los labios, sin poder terminar la frase.

- Ellos nada - dijo rotundo.

- Ellos dijeron que soy un afeminado.  Que me comporto y camino como una niña, ¿eso es verdad? ¿Yo soy como una niña? - pregunté, con inseguridad.

Arlo me miró con incredulidad - ¿Qué preguntas absurdas estás haciendo? Eres un niño, solo que eres muy bonito. Por eso ellos te intimidan, porque saben que cuando seas mayor todas las chicas te perseguirán a ti y no a ellos - dijo, con una sonrisa burlona.

Suavemente, me envolvió en un abrazo - Incluso si no te gustaran las niñas, eso no es su maldito problema. Eres tú quien decide cómo ser.

- Hermano, sin groserías.

- Bien, bien - Asintió con una sonrisa, besándome la frente - No te preocupes por ellos. No te preocupes por nada. Siempre estaré aquí para ti.

Su abrazo me transmitió una sensación de seguridad y protección. Sabía que Arlo siempre me defendería, que siempre estaría ahí para mí. Y, por un momento, olvidé el dolor de la herida y el miedo que me habían infundido esos niños.

-¿Sabes?, no importa lo que digan los demas. Lo importante es que tú y yo nos apoyemos siempre.

Mi voz era suave, pero llena de determinación. Sabía que Arlo haría todo lo posible para protegerme, incluso si eso significaba enfrentarse a todo el mundo. Y yo, a mi vez, haría todo lo posible para estar a su lado, para demostrarle que no estaba solo.

"Siempre, Rhys. Siempre"

Su mirada era cálida y llena de cariño. En ese momento, supe que no importa lo que pasara, siempre tendríamos el uno al otro.

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El sonido de mi nombre, susurrado con urgencia, me arrancó del sueño ligero en el que me encontraba. Abri los ojos pesadamente, y allí estaba Lily, su rostro marcado por la preocupación. Arrugué la frente, aún desorientado. Anoche, la fiebre de Theo había cedido, pero me había quedado a su lado, temeroso de que volviera a subir.

- ¿Qué ocurre? - pregunté, enderezándome en la silla.

Lily se mordió el labio inferior, sus ojos inquietos - Bueno... la señora Celia ha llegado hace poco. No sé cómo se enteró, pero ya sabe lo que pasó. Y... bueno, quiere hablar contigo.

- ¿Conmigo? - repetí, la confusión apoderándose de mí.

- Sí, -confirmó Lily, su voz apenas un susurro - Dice que es importante.

- ¿Ella es...? - mi voz se apagó, la duda invadiéndome.

- La mamá de Theodore, en realidad sus palabras exactas es que quería tomar el té - Lily añadió, con un tono inseguro.

La Protagonista Rechaza el Harem: ¡Dámelo a Mí!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora