Todo el pórtico del castillo donde está la gente se llena de hienas hambrientas, las cuales al parecer fueron convocadas por medio de los gritos de Agnes.
Me escabullo entre toda la gente y me escondo a ver lo que está sucediendo. Puedo huir en este momento ya que nadie está tratando de atraparme, pero no puedo hacerle esto a mi nación. No puedo dejar a la gente que amo. El cumplimiento de mi propósito ha llegado.
–Rey Damián, ¿no que yo sería la reina de Kángaba? –pregunta Agnes colocándose en el centro para ser vista por todos.
–No, nunca serás la reina de Kángaba –responde fríamente mi padre.
–Te equivocas, porque he mandado a llamar a mis hienas, las cuales tienen rodeado todo el lugar. ¿Qué mejor oportunidad que esta, donde la mayor parte de la población está aquí reunida? No tienen escapatoria, todos harán lo que yo ordene.
–¿Estás loca? Estos animales pueden comernos.
–Si no me haces la reina de Kángaba por las buenas, entonces seré su reina por las malas.
–No puedes amenazarme de esa forma.
–Sí que puedo y lo estoy haciendo. Me pondrás como la reina de Kángaba, si no, ordenaré a las hienas que se coman a toda la gente de tu nación.
La muchedumbre tiembla del miedo, la desesperación y preocupación se apodera de ellos.
–Eres tan mala, Agnes. ¿Como pude traerte a mi reino?
–Tu hija te lo dijo, yo nunca quise casarme contigo por amor, solo quería tener el poder sobre una nación, y, ¿qué mejor lugar para gobernar que Kángaba, cuyo rey perdió a su esposa hace muchos años? Fuiste muy fácil de engañar.
–No puedo creer que no me diera cuenta del ser tan despreciable que eres.
–¿Te atreves a insultarme? ¿Quieres ser devorado por una hiena?
–Mujer, entra en razón, estás cegada por la ambición. ¿Cómo logras que estos animales te obedezcan?
–Todo se trata de aprender a tratar a un animal. Tengo años de mi vida luchando por llegar a donde siempre quise, y eso me llevó a controlar a las horrendas hienas.
Las hienas comienzan a reír escalofriantemente y Agnes goza de la manera en cómo tiene a Kángaba, en su absoluto poder.
–Cualquier persona que intente desobedecerme, será atacado por una de mis amigas; seré su reina, yo los gobernaré –informa y ríe Agnes.
–Prefiero ser devorado por una hiena antes que servirle a usted, señora –vocifera un guardián del castillo.
–Si eso es lo que quieres, entonces despídete de este mundo –contesta Agnes llena de rabia.
–Madre, no lo mates –interfiere Clea.
–Cállate Clea, no te vengas a hacer la niña buena. O estás conmigo, o estás en mi contra. Tú decides hija mía.
–Estoy contigo, madre –responde Clea con voz temblorosa.
–Boris, ¿tú estás conmigo?
–Estoy contigo, madre, siempre lo he estado y siempre lo estaré. –dice Boris orgulloso por lo que su malvada madre ha logrado.
Este es mi momento, llegó la hora de cumplir mi misión, defenderé a Kángaba de esta bruja.
Salgo de mi escondite dispuesta a proteger a la gente. Quiero que las hienas se centren en mí para que los demás puedan escapar. Me acerco poco a poco a estos animales y los hago huir con llamas de fuego que realizo por doquier.
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Una Princesa De Fuego
FantasiUna princesa noble y valiente descubre que tiene un poder extraordinario que debe aprender a controlar para cumplir su propósito descrito en una antigua profecía. En su camino de descubrimiento aprende lecciones importantes y desarrolla habilidades...